El ácido fólico, también conocido como folacina, vitamina B9 o vitamina M, es una vitamina hidrosoluble del complejo B. Es necesario destacar que esta sustancia no es la misma que el folato: mientras que el folato se encuentra naturalmente en muchos alimentos, el ácido fólico es una molécula sintética que se coloca en suplementos y en ingredientes “fortificados”, como algunos cereales.
El folato está presente en diversos alimentos y los seres humanos lo ingerimos a través de la dieta comiendo hortalizas de hojas verdes, cítricos, levaduras y legumbres. Es esencial para diversos procesos biológicos en el organismo, como el crecimiento de los tejidos, el trabajo celular, la creación de nuevas proteínas, la formación de glóbulos rojos y la replicación del ADN, entre otros. Su deficiencia puede desembocar en anemia y otros cuadros.
¿Para qué sirve esta prueba?
Como su propio nombre lo indica, esta prueba sirve para conocer la cantidad de ácido fólico en el organismo. Tener información sobre este parámetro es de gran utilidad en los siguientes frentes:
- Diferenciar la causa de una anemia cuando ya está presente: en la anemia por deficiencia de folato, los glóbulos rojos son anormalmente grandes. Cursa con síntomas como piel pálida, debilidad, falta de apetito y problemas estomacales.
- Detectar problemas nutricionales: la ingesta de folato puede ser deficiente debido a los alimentos consumidos. También es posible que su absorción a nivel intestinal sea deficiente.
- Controlar el embarazo: las mujeres deben consumir 400 microgramos de ácido fólico como mínimo al día antes de la concepción (siendo lo ideal 600 microgramos). Esto disminuye significativamente las probabilidades de que el niño nazca con defectos en el tubo neural (espina bífida, subdesarrollo cerebral grave y otras deformaciones).
Muchos alimentos tienen folato de forma natural. Otros han sido enriquecidos con ácido fólico para suplir las necesidades dietéticas individuales, entre los que se encuentran ciertos panes, cereales, harina, pasta, arroz y otros granos.
El rango normal de ácido fólico en sangre es de 2,7 a 17,0 nanogramos por mililitro. De todas maneras, los límites que se consideran naturales podrían variar entre laboratorios.
¿Qué significan los resultados alterados?
La deficiencia de este compuesto en sangre puede deberse a los siguientes cuadros, entre otros muchos:
- Consumo insuficiente de folato: esto ocurre, sobre todo, en las personas que padecen desnutrición o alcoholismo.
- Celiaquía: la celiaquía es un trastorno crónico de naturaleza inmunitaria provocado por una intolerancia permanente al gluten. Produce daños en el revestimiento del intestino, lo que dificulta la absorción de ciertos compuestos (incluyendo folato y ácido fólico).
- Administración de ciertos medicamentos: algunos fármacos pueden trastocar la absorción de esta vitamina. Entre ellos, destacan los anticonvulsivos y aquellos dirigidos a tratar la colitis ulcerosa.
- Malabsorción hereditaria de folato: es un trastorno de naturaleza hereditaria que cursa con anemia megaloblástica, retraso del crecimiento, diarrea, disfunción inmunológica y trastornos neurológicos.
Por otro lado, es necesario destacar que el exceso de ácido fólico no es tóxico incluso cuando se ingiere en cantidades que supongan 100 veces los requerimientos mínimos. Esto no significa que se deban consumir cuantías desorbitadas de complementos con esta vitamina, pero es necesario subrayarlo.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.