La colitis es una enfermedad digestiva aguda o crónica caracterizada por la inflamación del revestimiento interno del colon, una sección del intestino grueso que se encarga de extraer el agua y algunos nutrientes y electrolitos de los alimentos parcialmente digeridos. La mayor parte del tiempo, la causa general de esta inflamación es desconocida, aunque los principales sospechosos son las infecciones gastrointestinales, la intoxicación alimentaria, la enfermedad de Crohn, la exposición a radiación o un cuadro conocido como colitis ulcerosa.
Según su etiología, existen diversos tipos de colitis, los cuales difieren tanto en síntomas como en diagnóstico y tratamiento. En las siguientes líneas, te contamos todo lo que debes saber sobre la colitis infecciosa y cómo detectarla a tiempo.
¿Qué es la colitis infecciosa?
Como su propio nombre lo indica, la colitis infecciosa es una condición inflamatoria causada por la entrada e infestación de una bacteria, un virus o un parásito en el colon. Este tramo del intestino grueso contiene la densidad microbiana más alta de cualquier comunidad microbiana asociada a humanos estudiada hasta ahora, con entre 1010 y 1011 (10 a 100 mil millones) de células por gramo de contenido intestinal. Estos microorganismos son comensales o simbiontes con nuestra especie y se encargan de proteger el entorno digestivo, pero a veces son desplazados por agentes nocivos capaces de causar sintomatología.
Las bacterias comunes que causan colitis de tipo bacteriano incluyen las especies Campylobacter jejuni (C. jejuni), Salmonella, Shigella, Escherichia coli (E. coli) y Yersinia enterocolitica, entre otras. Entre los virus que más comunmente se asocian a este cuadro, destacan Norovirus, Rotavirus, Adenovirus y Cytomegalovirus. En lo que a parásitos se refiere, la ameba Entamoeba histolytica es el sospechoso principal.
Tal y como indican fuentes epidemiológicas, la colitis bacteriana representa hasta el 47 % de los casos de diarrea aguda. C. jejuni, como especie, es la principal causa bacteriana de enfermedad diarreica en todo el mundo, con una prevalencia estimada de 25 a 30 por cada 100 000 habitantes globales.
También hay que tener en cuenta que diversos agentes causales de enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la gonorrea, la clamidia o la sífilis, pueden infectar el colon en personas inmunosuprimidas por la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). De todas formas, que la colitis infecciosas sea causada por una ITS contagiada durante el sexo anal es mucho menos usual que la ingesta por vía alimentaria.
¿Cuáles son los síntomas de la colitis infecciosa?
Los síntomas de la colitis, ya sea infecciosa o de otro tipo, suelen incluir:
- Diarrea, la cual puede ser acuosa y contener sangre.
- Hinchazón.
- Dolor abdominal.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Fatiga.
- Dolor rectal.
- Ganas incontrolables de ir al baño.
- Fiebre.
- Deshidratación, sobre todo en personas ancianas y niños con una diarrea muy abundante que no reciben reposición de líquidos y electrolitos.
La presencia de sangre o moco en las heces, dolor abdominal significativo, fiebre y malestar abdominal a la palpación en el examen normalmente suelen diferenciar una colitis infecciosa simple de la colitis más complicada causada por otros motivos. De todas formas, ante la aparición de cualquier indicio de sintomatología citada, se requiere acudir al médico con presteza.
Causas de la colitis infecciosa
Tal y como hemos indicado en líneas previas, la colitis infecciosa ocurre al entrar en contacto con ciertos patógenos capaces de colonizar el tubo digestivo. Esto suele ocurrir en los siguientes escenarios:
- Viajar a países con infraestructura sanitaria deficiente e ingerir directamente comida o agua contaminadas.
- Permanecer hospitalizado durante periodos prolongados de tiempo, sobre todo si se presentan defensas bajas.
- Consumir de forma descontrolada antibióticos, pues esto puede acabar con la comunidad microbiana normal del entorno intestinal y favorecer el sobrecrecimiento de agentes patógenos.
- Tener contacto cercano o sexual con una persona infectada por un patógeno capaz de provocar colitis infecciosa.
Diagnóstico
El diagnóstico de la colitis infecciosa comienza con la evaluación física y la anamnesis. El profesional médico indagará sobre el historial médico del paciente, los viajes recientes, la ingesta de alimentos sospechosos y el uso de antibióticos. Posteriormente, se debe realizar un examen físico para detectar signos de deshidratación o dolor abdominal, y a menudo se solicitará una muestra de heces para análisis de laboratorio.
El estudio de las heces bajo el microscopio permite identificar en algunos casos la presencia de bacterias, parásitos o virus causantes de la infección, aunque no siempre se puede establecer el agente con fiabilidad total, ya que algunos patógenos pueden no estar presentes en la muestra concreta, pero sí en el tubo digestivo del paciente. Más allá del análisis directo, se pueden realizar pruebas específicas como un cultivo de heces, pruebas de antígenos o reacción en cadena de la polimerasa (PCR) con el fin de detectar patógenos concretos como C. difficile o E. coli.
La PCR es uno de los estudios de laboratorio más fiables para conocer el patógeno exacto causante de la colitis. Esta prueba permite amplificar el material genético del microorganismo y aislarlo en la muestra de heces, pudiendo en algunos casos distinguir incluso entre cepas y potencial resistencia a tratamientos antibióticos. Destaca sobre los cultivos y las pruebas de antígenos con una mayor sensibilidad y especificidad.
Si la infección persiste o los síntomas son severos, el médico puede recomendar una colonoscopia para observar directamente el colon y descartar otras causas de colitis, como la inflamatoria crónica. También puede realizarse una tomografía computarizada (TC) o una radiografía si se sospecha de complicaciones. Estos exámenes ayudan a confirmar el diagnóstico, evaluar la extensión de la inflamación y descartar condiciones más graves como abscesos o megacolon tóxico. Un diagnóstico preciso es esencial para determinar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
Tratamiento de la colitis infecciosa
El tratamiento de la colitis infecciosa depende de la causa subyacente (bacteriana, viral o parasitaria), así como de la gravedad de los síntomas y el estado previo de salud del paciente. El abordaje va desde la toma de ciertas medidas desde el hogar hasta la hospitalización y el soporte.
En la mayoría de los casos, el tratamiento incluye abordajes con el fin de aliviar los síntomas y prevenir la deshidratación, especialmente en casos de diarrea severa. Los pacientes deben aumentar la ingesta de líquidos con soluciones de rehidratación oral para reemplazar los electrolitos perdidos. También se recomienda reposo, evitar hacer ejercicio y una dieta ligera mientras se resuelven los síntomas.
Para las infecciones bacterianas graves, como las causadas por Clostridium difficile, Salmonella o Campylobacter, se pueden administrar antibióticos específicos. En infecciones parasitarias, se utilizan medicamentos antiparasitarios, como metronidazol o tinidazol (específicos para la amebiasis).
Las infecciones virales generalmente no requieren medicamentos específicos, ya que el sistema inmunitario es capaz de acabar con el cuadro por sí solo, aunque es crucial controlar los síntomas. En casos de infecciones virales graves o complicadas, puede ser necesario el ingreso hospitalario para el monitoreo y el tratamiento más intensivo, si bien esto no es común.
La colitis infecciosa es un cuadro frecuente que suele resolverse por sí solo en los casos leves, pero que puede requerir hospitalización en infecciones más agresivas o en pacientes con inmunosupresión. Ante cualquier duda o presentación sintomática, te recomendamos que te pongas en manos de tu profesional de salud de confianza.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.