¿Cómo gestionar la celiaquía en Navidad?

Las Navidades son sinónimo de comidas familiares y atracones. La ciencia lo avala, pues estudios han demostrado que las personas aumentan de peso hasta 0,9 kilogramos durante estas fechas. En las fiestas no solo se come más cantidad de alimentos, sino que también se tiende a consumir más salsas, grasas, postres, ingredientes ultraprocesados y alcohol. Este cambio dietético repentino puede provocar diversos cuadros, como gastritis, acidez, estreñimiento y malestar estomacal. No es de extrañar, por tanto, que las visitas al médico durante esta época aumenten entre un 5 y un 12%.

Más allá de atracones e intoxicaciones alimentarias, hay que tener en cuenta las intolerancias alimentarias a la hora de sentarse en la mesa con la familia. En el siguiente espacio, te contamos cómo gestionar la celiaquía en Navidad, una de las enfermedades alimentarias más comunes en la población general.

¿Qué es la enfermedad celiaca?

Empecemos por la base. La enfermedad celiaca (EC) es una condición crónica de carácter autoinmunitario, causada por la ingesta de gluten y prolaminas relacionadas, en personas genéticamente susceptibles. Las personas celiacas no pueden consumir alimentos ricos en gluten porque este compuesto daña su intestino delgado y, a largo plazo, afecta a otros muchos órganos y sistemas (corazón, cerebro, huesos y mucho más). Si se ingiere este alimento por accidente, el sistema inmunitario responde de forma errónea y comienza un proceso inflamatorio.

La enfermedad celiaca solo aparece en personas genéticamente susceptibles. El riesgo de desarrollar esta condición a lo largo de la vida está determinado por ciertas variantes en los genes HLA-DQA1 y HLA-DQB1. El 30% de la población presenta estas variantes de riesgo, pero solo un 3% termina desarrollando la enfermedad. Esto quiere decir que todos los celiacos están predispuestos genéticamente, pero no todos los predispuestos tienen por qué terminar siendo celiacos.

Se estima que el 1% de la población española es celiaca, pero el 85% de los pacientes no están diagnosticados. Algunos de los síntomas principales asociados a esta enfermedad tras la ingesta de gluten son los siguientes:

• Náuseas y vómitos
• Diarrea
• Fatiga
• Sensación de llenura y gases
• Dolor abdominal
• Estreñimiento
• Efectos secundarios a largo plazo: anemia, osteoporosis, dermatitis herpetiforme, úlceras bucales, daños en el sistema nervioso, dolor articular y mal funcionamiento del bazo, entre otros.

Detectar la enfermedad celiaca a tiempo es esencial para evitar las complicaciones severas que puede conllevar. Por suerte, existen análisis genéticos que permiten estimar el riesgo de desarrollar la condición a lo largo de la vida. Si se conoce esta información, es más sencillo asociar los síntomas a la condición y acceder a las pruebas de sangre que diagnostican la celiaquía con toda seguridad.

Consejos para gestionar la celiaquía en Navidad

La celiaquía supone un desafío en Navidad, tanto para los niños como para los adultos diagnosticados. Estas fechas no solo son demandantes a nivel social, pues casi todos los eventos que ocurren durante ellas tienen lugar ante una mesa llena de deliciosos (y abundantes) alimentos. Cuando hay tantos planes y menús, es muy difícil esquivar los ingredientes que contienen gluten, como las harinas de cereales, los productos de pastelería, las pastas y el pan.

En las siguientes líneas, te presentamos algunos consejos para que tus Navidades estén llenas de alegría, pero no de dolores estomacales derivados de una ingesta accidental de gluten.

1. Apuesta por los productos frescos

Si vas a hacer el menú Navideño en casa, te recomendamos elegir ingredientes que estén libres de gluten por naturaleza. Esto incluye verduras, frutas, legumbres, huevos, carnes no procesadas y la mayoría de los productos lácteos bajos en grasa. Cuanto menos procesado esté un alimento, más baja es la probabilidad de que incluya gluten entre sus componentes o una posible contaminación durante el proceso de fabricación.

Planificar un menú sin gluten no significa que tenga que ser soso o aburrido. En Internet, podrás encontrar una infinidad de recetas para todos los gustos libres de este compuesto. Eso sí, es necesario mantenerse alejado de harinas de trigo y otros compuestos que no estén específicamente hechos para celiacos.

2. El menú, mejor sin gluten para todos

Puede ser tentador crear un menú diferente para la persona celiaca de la casa y otro con gluten para el resto. Aunque esto es posible, preparar ambas opciones a la vez aumenta muchísimo el riesgo de que exista una contaminación cruzada. Basta con utilizar el mismo aceite, cuchillo, plato, tabla de cortar o superficie de lavado para que el alimento ya no sea apto para alguien con enfermedad celiaca.

Lo ideal, en todos los casos, es planificar un único menú libre de gluten. El tema de los postres y las bebidas puede ir aparte, pero los platos centrales tienen que ser aptos para todos. Así, además, se elimina el estigma o sentimiento de exclusión que puedan percibir aquellas personas celiacas (sobre todo niños).

3. Cuidado con las bebidas alcohólicas

Las personas “nuevas” en el mundo de la celiaquía pueden olvidarse de que la bebida también puede contener gluten. Por ejemplo, la cerveza debe estar completamente fuera de los planes de las personas celiacas, pues su ingrediente base es la cebada y esta tiene gluten (igual que otros cereales como el trigo, la avena y el centeno). También hay que tener muchísimo cuidado con ponches, bebidas combinadas, licores, cremas, sangrías y tintos de verano.

Hay que consultar las etiquetas antes de consumir cualquier producto alcohólico para descubrir si tiene gluten o trazas del mismo. La regla general es la misma ya citada en otros casos: cuanto más compleja sea su preparación y más ingredientes tenga, más probable es que el gluten deje su huella. De todas formas, y como buenas noticias, es necesario citar que el anís, el brandi, el coñac, el whisky, el vodka, el ron, el tequila y los vinos son aptos para celiacos. También existen opciones gluten free de cerveza en el mercado.

4. Ante la duda, no lo comas

Puede parecer muy tentador llegar a un banquete y querer probar de todo, pero no todas las personas están igual de concienciadas a la hora de hablar de la celiaquía. Recordamos que todos los ingredientes y productos procesados deben estar etiquetados como libres de gluten para que su consumo sea seguro y, por desgracia, en muchos casos esto no se tiene en mente si la mayoría del grupo es tolerante al gluten.

Ante la duda de posible contaminación o falta de atención con un alimento, no te comas. Ten especial cuidado con la repostería, los alimentos ultraprocesados y los productos elaborados a base de masas: aunque es posible hacer estos platos sin gluten, es mucho más probable que contengan harinas y cereales con este ingrediente.

5. Comunica y conciencia a tu entorno

El desconocimiento es uno de los mayores peligros en el ámbito de la nutrición. Algunas personas deciden dejar de consumir gluten aunque no hayan sido diagnosticadas como celiacas porque “creen que les sienta mal” o que “es malo”. Esto es un gran error, pues dificulta mucho el diagnóstico de la enfermedad a la hora de hacerse las pruebas en caso de que la persona sí sea celiaca. Dejar de tomar gluten no aumenta las probabilidades de ser celiaco, pero sí puede llevar a problemas nutricionales, falsas creencias y confusiones.

Si eres celiaco, estas fechas son un momento excelente para hablar sobre la condición, sus síntomas y qué proceso has seguido para ser diagnosticado. Además, también puedes aprovechar para manifestar tus sentimientos con respecto al tema y cómo te gustaría ser tratado. Sobre todo en el caso de los niños, es fácil sentir exclusión y malestar cuando no se pueden consumir los mismos alimentos que el resto. Planificar un menú sin gluten teniendo en mente a la persona celiaca del grupo cuesta muy poco y fomenta la inclusión social.

Aunque no lo parezca, la celiaquía y la Navidad son completamente compatibles. Mientras se planifique bien el menú y se minimicen las posibilidades de una contaminación cruzada, no hay por qué preocuparse. De todas formas, desde aquí recomendamos extremar las precauciones fuera de casa y solo consumir aquellos alimentos que con toda seguridad estén libres de gluten. Una ingesta accidental puede fastidiar una fecha señalada con mucha facilidad, así que lo mejor en todos los casos es prevenir.

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