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Infección por Blastocystis hominis

Las infecciones gastrointestinales son enfermedades que atacan al estómago y/o al intestino, generalmente provocadas por bacterias, parásitos y virus que entran al cuerpo con el consumo de ciertos alimentos. Tal y como indican fuentes epidemiológicas, cada minuto tienen lugar 50 000 casos de infección gastrointestinal, lo que se traduce en millones y millones de cuadros anuales en todo el mundo. Aunque en la mayoría de regiones de alto ingreso estas patologías se traduzcan en un malestar esporádico, en países empobrecidos son una importante causa de muerte, sobre todo en bebés y niños.

Conocer las causas, los síntomas y el tratamiento de las principales infecciones de origen alimentario es esencial para evitar su aparición. En las siguientes líneas, te lo contamos todo sobre la infección por el patógeno Blastocystis hominis. De todas formas, ante la presencia de síntomas infecciosos incapacitantes, te recomendamos que en primer lugar acudas a tu centro médico de confianza.

Blastocystis hominis: características y ciclo vital

Blastocystis es un género de parásitos unicelulares pertenecientes al clado Stramenopiles que incluye algas, diatomeas y mohos acuáticos. Existen múltiples especies dentro de este grupo, y se caracterizan por su capacidad de colonizar el tracto gastrointestinal de humanos, pájaros, animales de granja, roedores, peces, invertebrados y otros seres vivos.

Diversas especies del género Blastocystis afectan al ser humano gracias a su baja especificidad a la hora de infectar a sus hospedadores y, por convención general, cualquiera de las especies capaces de afectarnos se engloba bajo el término Blastocystis hominis. De todas formas, debido al constante nuevo conocimiento sobre este grupo y a que múltiples cepas y variantes (incluso dentro de la misma especie) causan infección en el humano, en otros contextos se prefiere la utilización de la nomenclatura simplificada Blastocystis spp.

Tal y como indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el ciclo vital del parásito Blastocystis es todavía poco conocido. De todas formas, se puede simplificar en los siguientes pasos:

  1. Ingestión de quistes: el ser humano se infecta al consumir agua o alimentos contaminados con quistes de Blastocystis. Se ha postulado que el quiste es una forma infecciosa del parásito, pero esto todavía no se ha confirmado.
  2. Paso al intestino: los quistes llegan al intestino delgado, donde se desenquistan y liberan formas activas llamadas trofozoítos.
  3. Reproducción en el colon: los trofozoítos se multiplican por fisión binaria en el colon y pueden adoptar diferentes formas (vacuoar, ameboide, granular).
  4. Formación de quistes: parte de los trofozoítos se convierten nuevamente en quistes.
  5. Excreción de quistes: los quistes son excretados en las heces y sobreviven en el ambiente, reiniciando el ciclo si son ingeridos por un nuevo huésped.

En heces del ser humano, se han encontrado diversas formas del parásito. Por este motivo, se requiere más investigación con el fin de establecer cómo es el ciclo vital en su totalidad.

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Cifras epidemiológicas

Según estudios científicos, Blastocistis sp. es uno de los pocos parásitos entéricos con una prevalencia que a menudo excede el 5 % en la población general de los países industrializados y puede alcanzar el 30-60 % en las regiones de bajo ingreso. Tal y como indican otras fuentes, en ciertos países desfavorecidos hasta el 100 % de la población podría estar infectada por este parásito en prácticamente cualquier momento dado.

Este parásito se encuentra con asiduidad en personas inmunocomprometidas (pacientes con virus de inmunodeficiencia humana (VIH)/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o cáncer) y con mayor riesgo de contraer Blastocystis sp. También se ha encontrado infección en personas con contacto cercano con animales, ya que múltiples seres vivos actúan como reservorio y extienden el parásito en el entorno a través de las heces.

Síntomas de la infección

Curiosamente, todavía se debate si Blastocystis hominis causa infección en el ser humano o, si en su defecto, es un microorganismo comensal que puede (o no) habitar en el tracto gastrointestinal humano sin generar mucho problema. Hasta el 50 % de las personas infectadas pueden ser portadores asintomáticos durante meses o años, lo que pone en debate la real capacidad infecciosa de este parásito.

En cualquier caso, ciertas personas infectadas sí que presentan signos clínicos, los cuales se designan bajo el término de enfermedad conocido como blastocitosis. Entre los principales síntomas de blastocitosis, destacamos los siguientes:

  • Náuseas.
  • Diarrea líquida.
  • Dolor abdominal.
  • Exceso de gases.
  • Pérdida de apetito.
  • Picor anal.
  • Hinchazón.
  • Pérdida de peso.
  • Vómitos.
  • Fatiga.

Como podrás comprobar, los síntomas de la blastocitosis son muy similares a los de otras infecciones gastrointestinales. Ante cualquier duda diagnóstica, te recomendamos que acudas a tu centro médico de confianza.

¿Infeccioso o comensal?

Antes de continuar hacia las causas, el diagnóstico y el tratamiento de esta infección, vemos de interés ahondar en la duda sobre la capacidad infecciosa de Blastocystis. Algunas de las explicaciones de la variabilidad sintomática de este cuadro clínico son las siguientes:

  1. Algunos tipos, especies o cepas de Blastocystis pueden tener más probabilidades de causar una enfermedad que otros, lo que complica la estimación de su potencial capacidad infecciosa.
  2. Algunas personas, como niños, ancianos o pacientes inmunocomprometidos, podrían estar más en riesgo de manifestar la infección.
  3. A menudo, Blastocystis cohabita en el intestino con otros parásitos que sí provocan infecciones de forma confirmada.

Todos estos hechos hacen que sea difícil estimar la capacidad infecciosa de este microorganismo. Se requiere más conocimiento científico para confirmar su patogenicidad.

Causas de la infección por Blastocystis hominis

La infección por Blastocystis se adquiere al ingerir agua o alimentos contaminados o, en su defecto, tras la exposición a heces de humanos/animales que contengan formas infecciosas del parásito. Entre los factores de riesgo para la potencial infección, destacan:

  • Estar expuesto a heces humanas con asiduidad.
  • Trabajar con animales.
  • Vivir o visitar regiones de bajo ingreso con higiene empobrecida.

Diagnóstico

La infección por Blastocystis hominis se diagnostica principalmente mediante técnicas de laboratorio que permiten identificar al parásito en muestras de heces. El método más común es el examen microscópico directo, en el cual las muestras fecales se observan al microscopio para detectar la presencia de trofozoítos o quistes del parásito. Sin embargo, debido a la naturaleza intermitente de la eliminación del mismo, se recomienda recolectar y analizar varias muestras en días diferentes para mejorar la precisión del diagnóstico (y aun así es posible que se reporten falsos negativos).

Las técnicas moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), se han convertido en una herramienta muy precisa para el diagnóstico. Estas técnicas detectan el ADN del parásito en las heces y ofrecen una sensibilidad mucho mayor, además de permitir la diferenciación entre los diversos subtipos de Blastocystis. Aunque son más costosas y no están disponibles en todos los laboratorios, representan el estándar de oro en términos de exactitud diagnóstica. Además, al analizar las heces por PCR, se pueden detectar otros muchos microorganismos infecciosos de forma simultánea.

Tratamiento de la infección por Blastocystis hominis

La necesidad de tratar esta infección o no está todavía en debate pues, como hemos dicho en líneas previas, no todas las personas infectadas presentan síntomas. En caso de que el profesional médico sí recomiende el tratamiento de este potencial cuadro infeccioso, se puede acudir a:

  • Antibióticos, como metronidazol o cotrimoxazol, que combinan los medicamentos trimetoprima y sulfametoxazol.
  • Medicamentos antiparasitarios, como la nitazoxanida.

Es importante tener en cuenta que no todas las infecciones por Blastocystis hominis requieren tratamiento. En personas asintomáticas, no se recomienda el uso de medicamentos, a menos que el parásito se asocie claramente con síntomas gastrointestinales. En cualquier caso, el tratamiento debe ser individualizado y supervisado por un médico, que determinará la mejor opción según la respuesta clínica del paciente.

Infección por Blastocystis hominis.

La infección por Blastocystis hominis continúa siendo, a día de hoy, una incógnita para científicos y profesionales médicos por igual. De todas formas, su diagnóstico sigue siendo de gran utilidad para explicar la sintomatología digestiva y conocer mejor la composición de la microbiota intestinal.

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