Los seres vivos no humanos viven en una constante carrera evolutiva para permanecer en el entorno. Durante miles de años, se han forjado interacciones parásito-hospedador de lo más complejas: el hospedador genera barreras para evitar o expulsar al parásito, mientras que este hace todo lo posible para saltárselas y seguir multiplicándose. Aunque las personas permanezcamos ajenas a los mecanismos biológicos de supervivencia, muchos seres vivos nos utilizan como fuente de nutrientes.
Piojos, nemátodos, mosquitos y otros muchos invertebrados succionan nuestra sangre para mantenerse. Hoy abordamos uno de los temas que más suelen preocuparnos relacionados con este evento durante la primavera y el verano: la picadura de garrapata en humanos. ¡No te lo pierdas!
¿Qué son las garrapatas?
Las garrapatas son arácnidos pertenecientes al superorden Parasitiformes. Son invertebrados ectoparásitos que se adhieren al vello y las plumas de mamíferos, aves, reptiles y anfibios para alimentarse de su sangre. Las garrapatas se escinden en 2 grandes familias: Ixodidae y Argasidae. Los ejemplares adultos son fácilmente distinguibles por poseer 8 pares de patas y un cuerpo ovalado que se hincha mucho durante la succión de sangre.
Las garrapatas tienen 4 fases vitales bien diferenciadas: huevo, larva, ninfa y adulto. Muchos de estos invertebrados tienen hospedadores de una única especie, pero otros requieren 2 o hasta 3 para cerrar su ciclo. Aunque las garrapatas estén presentes durante todo el año en los ecosistemas, es en verano cuando más nos exponemos a ellas. Esto se debe al aumento de las temperaturas, pues el calor incrementa su actividad y tasa metabólica, y a la tendencia a realizar más actividades en campos y zonas naturales.
Las garrapatas son más comunes en primavera y verano.
¿Qué enfermedades transmiten las garrapatas?
Las garrapatas habitan primariamente en zonas boscosas y pastizales, es decir, en entornos ricos en fauna y flora. No todas las especies son vectores de enfermedades, pero algunas destacan por su peligrosidad al picar a los seres humanos. El problema no es la picadura en sí, sino las bacterias y los parásitos que pueden ingresar al torrente sanguíneo durante el acto.
Algunas de las patologías asociadas a la picadura de garrapata en humano son las siguientes:
- Babesiosis: esta enfermedad parasitaria es causada por protozoos del género Babesia, los cuales utilizan a las garrapatas como vectores. Aunque muchos cuadros son asintomáticos, otros cursan con signos y efectos como fiebre y anemia hemolítica. En los casos más graves, se registran síntomas similares a los de la malaria.
- Enfermedad de Lyme: la enfermedad de Lyme, también conocida en términos generales como borreliosis, es una enfermedad transmitida por bacterias del género Borrelia. Esta patología puede dañar al sistema nervioso, piel, corazón, articulaciones y músculos. Algunos de sus síntomas iniciales más comunes son fiebre, escalofríos, sarpullido en la piel, dolor de cabeza y fatiga.
- Fiebre hemorrágica de Crimea Congo: el virus causante de la enfermedad se transmite a través de la picadura de garrapatas y pertenece al género Nairovirus, familia Bunyaviridae. Los síntomas aparecen súbitamente en forma de fiebre elevada, dolor de cabeza, malestar articular, sudores, hipotensión, faringitis y más. Su tasa de letalidad oscila entre el 3 y el 40 %.
- Anaplasmosis granulocítica humana: esta patología es causada por la bacteria Anaplasma phagocytophilum. Los síntomas son similares a los de la gripe y se incluyen fiebre, escalofríos, dolor muscular, temblores y un fuerte dolor de cabeza. También se asocia a trombocitopenia (número bajo de plaquetas), leucopenia (descenso de glóbulos blancos) y un incremento de las transaminasas en sangre.
- Rickettsiosis: este término engloba a un grupo de patologías provocadas por bacterias de la familia Rickettsiaceae. Igual que el resto de condiciones, se transmite por la mordedura de garrapatas. Cursa con síntomas similares a algunos de los ya citados, como dolor de cabeza intenso, fiebre alta, malestar general, vómitos, anorexia y dolores abdominales.
Estas son algunas de las enfermedades más conocidas asociadas a la picadura de una garrapata. De todas formas, cabe destacar que existen más y los tratamientos entre ellas pueden diferir mucho. Ante cualquier duda de una patología transmitida por un invertebrado, la mejor solución es acudir al centro de urgencias.
Síntomas de la picadura de garrapata
La propia picadura de la garrapata puede provocar ciertos síntomas más allá de las enfermedades que se transmiten con ella. Entre todos ellos, destacan los siguientes:
- Ampollas.
- Sarpullido localizado.
- Dolor fuerte en la zona de la picadura.
- Hinchazón en el sitio.
- Debilidad.
- Movimientos descoordinados.
En este punto, cabe destacar que no todas las picaduras de garrapatas generan síntomas evidentes. Todo depende de la especie causante, las posibles patologías transmitidas y la respuesta individual.
¿Cómo actuar ante una picadura de garrapata?
Según fuentes profesionales, el tratamiento de la picadura de garrapata requiere los siguientes pasos:
- Extraer la garrapata de manera inmediata: es necesario agarrar a la garrapata con unas pinzas lo más cerca de la cabeza posible. Tras sujetarla bien, hay que tirar de ella con un movimiento lento y constante. Es esencial que no quede ningún segmento de la cabeza enterrado en la piel.
- Asegurar a la garrapata y hacerle una foto: una vez se haya retirado completamente de la piel, lo mejor es fotografiar al invertebrado desde varios ángulos. Esto permitirá realizar un diagnóstico certero de futuras enfermedades, si es que llegan a aparecer.
- Higieniza el entorno de la picadura: por último, hay que limpiar bien la zona lesionada con agua tibia y jabón, alcohol apto para la piel o un exfoliante con yodo.
Tras esto, es necesario monitorizarse por si apareciesen ciertos síntomas inmediatos de urgencia, como parálisis, dolor de cabeza intenso, dificultad para respirar y palpitaciones cardiacas. Además, no se puede bajar la guardia: muchas de las enfermedades transmitidas por las garrapatas no se manifiestan hasta 30 días después de la picadura. Hay que acudir al centro médico ante cualquier sospecha.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.