Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o infecciones de transmisión sexual (ITS) son infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual, sobre todo por la vía vaginal, oral y anal. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, cada día, 1 millón de personas contraen una ITS en todo el mundo. Anualmente, se producen más de 370 millones de casos de sífilis, tricomoniasis, gonorrea y clamidiasis.
La sífilis es una ITS que conlleva tasas de morbilidad y mortalidad sustanciales. Si no se trata, puede causar la muerte desde el 8% hasta el 58% de los casos, sobre todo en el sexo masculino. Es esencial detectar esta infección con rapidez antes de que avance a sus estadios más graves.
¿Qué es la sífilis?
Esta enfermedad de transmisión sexual está provocada por Treponema pallidum, una bacteria de tipo espiroqueta. Este microorganismo tiene una forma de espiral enrollada y mide 6-15 micrómetros de longitud y 0.1-0.2 micrómetros de diámetro. El complejo de T. pallidum engloba 3 subespecies, las cuales se recogen en la siguiente lista:
- Treponema pallidum pallidum: es el agente causal principal de la sífilis. Se transmite por el contacto sexual.
- Treponema pallidum endemicum: provoca el bejel, también conocido como sífilis endémica. Esta condición no se transmite mediante el acto sexual per se, ya que el medio de contagio más efectivo es el contacto boca-boca, el uso común de utensilios y tocar la piel de una persona infectada (ya sea practicando sexo o no).
- Treponema pallidum pertenue: T. p. pertenue causa una enfermedad conocida como pian. Su vía de transmisión principal es el contacto directo piel-piel.
Estas 3 subespecies son indistinguibles a nivel serológico, pero en el ámbito sexual se habla casi siempre de T. pallidum pallidum. Se estima que, cada año, hasta 7,1 millones de personas contraen sífilis. La prevalencia global de esta condición en el año 2012 fue del 0,5 % de hombres y mujeres entre 15 y 49 años de edad, lo que se traduce en 18 millones de casos activos.
Del 0,5% al 14% de las mujeres trabajadoras sexuales padecen sífilis.
Síntomas de la sífilis
La sífilis se presenta en varios estadios, los cuales difieren en cuanto a sintomatología. Se conoce como la “gran imitadora” de las ETS, ya que se asocia a múltiples signos clínicos según la fase de la infección. Los recogemos en las siguientes líneas.
Sífilis primaria
El tiempo de incubación hasta llegar a esta etapa es entre 3 y 4 semanas después del contacto sexual con la persona infectada (intervalo entre 1 y 13 semanas). Su síntoma principal es la aparición de una lesión, conocida como chancro, en el lugar de entrada del patógeno. El chancro suele ser indoloro, no genera picor y tiene una forma redondeada u oval. Los lugares de presentación más comunes son los siguientes:
- Hombres: ano, recto y pene.
- Mujeres: vulva, cuello uterino y perineo (suelo pélvico).
- Ambos sexos: boca y labios.
Más del 40 % de las personas infectadas presentan un solo chancro, pero en otros casos aparecen múltiples lesiones en distintas partes del cuerpo. La coinfección con VIH se ha asociado a la presencia de varios chancros en algunos casos.
Hasta el 50% de las mujeres y el 30% de los hombres infectados en esta etapa no saben que tienen un chancro.
Sífilis secundaria
En esta fase, Treponema pallidum ingresa al torrente sanguíneo y produce lesiones mucocutáneas en todo el cuerpo. Los síntomas son muy variados, aparecen pocas semanas después de la recuperación del chancro original y destacan por su variedad. Estos son algunos de los más relevantes:
- Erupción que empieza en el tronco, pero que acaba cubriendo todo el cuerpo (incluidas palmas de las manos y plantas de los pies).
- Fiebre.
- Dolor de garganta.
- Malestar general.
- Pérdida de peso.
- Caída de cabello.
- Dolor de cabeza.
- Inflamación de los ganglios linfáticos.
- Dolor muscular.
Más del 80% de los pacientes en la fase secundaria de la sífilis presentan lesiones mucocutáneas, aunque estas varían mucho en forma y localización. El cuadro puede expandirse a otros órganos más allá de la piel, como ojos (uveítis), riñones (glomerulitis), hígado (hepatitis) y estructuras óseas (periostitis).
Fase de latencia
Si no se recibe tratamiento, la sífilis secundaria pasa a una etapa oculta o latente. La llegada a este periodo puede ser precoz (en menos de un año después de la infección) o tardía (en más de un año). No se presentan síntomas visibles, pero los anticuerpos permanecen en el organismo del paciente y pueden detectarse mediante pruebas serológicas. A veces, los signos primarios y secundarios son muy leves y la enfermedad se detecta en este estadio.
Sífilis terciaria
Muchas personas infectadas no tratadas no presentan síntomas de la enfermedad más allá de la fase de latencia, pero del 15% al 40% de los pacientes en este escenario acabarán desarrollando una sífilis terciaria. Este cuadro tiene lugar entre 3 y 15 años después de la infección inicial y se divide según el cuadro en varios grupos patológicos:
- Gomosa: recibe su nombre debido a la manifestación en forma de gomas granulomatosas, unas lesiones nodulares inflamatorias crónicas. Pueden afectar a la piel, los huesos y los órganos internos.
- Cardiovascular: aparece entre 10 y 30 años después de la infección inicial. Puede desembocar en una aortitis sifilítica, lo que favorece la formación de aneurismas. También provoca otros cambios en el sistema cardiovascular.
- Neurosífilis: afecta al sistema nervioso central. Puede ser asintomática, meningovascular, parenquimatosa y tabes dorsal (cursa con falta de coordinación a la hora de realizar movimientos).
Sífilis congénita
En última instancia, cabe destacar que la sífilis puede transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo o en el proceso del parto. Se estima que 2/3 de los niños afectados por este cuadro nacen sin síntomas, pero estos suelen desarrollarse en los primeros años de vida. Hasta el 40% de los recién nacidos con esta ETS pueden nacer sin vida o morir a causa de la infección. Estos son algunos de los síntomas de la sífilis congénita:
- Sordera.
- Deformidades dentales.
- Hepatoesplenomegalia (aumento de tamaño del hígado y del bazo).
- Erupciones.
- Irritación y agrietamiento de la piel alrededor de la boca, los genitales y el ano.
- Fiebre.
- Neurosífilis.
- Inflamación del tejido pulmonar.
¿Cómo se produce el contagio de la sífilis?
La sífilis provocada por T. pallidum pallidum se considera una enfermedad de transmisión sexual, así que el contagio se produce casi siempre durante el sexo (genital-genital, boca-genital y ano-genital). En contadas ocasiones, el microorganismo puede ingresar en el cuerpo de una persona sana si esta entra en contacto con una lesión activa. Como hemos dicho en líneas previas, esta patología también puede pasar de madre a hijo durante el embarazo y el parto.
El riesgo de transmisión es de un 30% si solo se realiza un acto sexual con alguien positivo. La probabilidad aumenta hasta un 80% si la transmisión es madre-feto.
Diagnóstico de la sífilis
El chancro típico de la sífilis primaria y los síntomas de la fase secundaria no siempre son evidentes. Por ello, se recomienda llevar a cabo pruebas avanzadas de detección de sífilis si se tienen múltiples parejas (sobre todo al practicar sexo no seguro) de forma periódica, hasta 1 o 2 veces al año. La búsqueda de anticuerpos en la muestra del paciente es de gran utilidad, pero la detección de ADN de T. pallidum mediante PCR otorga una mayor sensibilidad y especificidad.
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Tratamiento de la sífilis
El tratamiento de la sífilis depende del estadio en el que se encuentre. La primaria, la secundaria y la latente temprana se tratan con una sola dosis intramuscular de penicilina G benzatina. Por otro lado, los cuadros latentes tardíos y los terciarios se abordan con el mismo fármaco, pero con una dosis semanal por 3 semanas. Los casos de neurosífilis, mujeres embarazadas infectadas y sífilis congénita requieren un régimen antibiótico algo más específico.
Los pacientes con una sífilis precoz pueden desarrollar la reacción de Jarisch-Herxheimer, un cuadro autolimitado mediado por el sistema inmunitario que ocurre dentro de las 2 a 24 horas posteriores al tratamiento y se caracteriza por fiebre alta, dolor de cabeza, mialgias y erupción cutánea. Es necesario destacar que las parejas sexuales del positivo también deben tratarse de forma simultánea.
Tras el tratamiento, hay que realizarse pruebas cada 3, 6, 12 meses y 1 vez al año según lo indique el profesional de la salud.
Prevención
La sífilis se contagia, sobre todo, durante el sexo vaginal, anal u oral. Usar preservativo en todo momento es la mejor estrategia del control y la prevención para evitar la expansión de esta y otras ETS. Llevar a cabo exámenes de detección de manera rutinaria (aunque no se presenten síntomas) también es de gran utilidad para detectar cuadros de sífilis latente y otras muchas infecciones que pasan inadvertidas.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.