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Síndrome premenstrual

La menstruación es un proceso completamente normal en la vida de toda mujer. Aunque los periodos lleguen con síntomas que pueden ser muy molestos (calambres abdominales, irritabilidad, dolor en los senos y más), representan la capacidad de traer vida al mundo y la fertilidad femenina. Esta última fase del ciclo menstrual corresponde a la evacuación de la capa superficial de la mucosa del útero (endometrio) que se ha formado para albergar al óvulo. La menstruación se puede ver interrumpida por un embarazo, por la menopausia o por una serie de patologías.

Más allá de los signos clínicos típicos del proceso menopáusico, existen una serie de síntomas que se pueden presentar antes del sangrado. En estas líneas, exponemos los síntomas, las causas y el tratamiento del síndrome premenstrual.

¿Qué es el síndrome premenstrual?

El síndrome premenstrual (SPM) hace referencia al conjunto de cambios físicos y psicológicos que tienen lugar antes de que comience la menstruación. Suelen aparecer durante la primera mitad del ciclo menstrual (a los 14 días) y cesan 1-2 días después tras el inicio de la menstruación. Según estudios, la prevalencia de este síndrome en todo el mundo es del 47,8% de las mujeres. De las afectadas, hasta el 20% experimentan síntomas lo suficientemente severos como para que sus tareas diarias se vean dificultadas.

Es necesario diferenciar este cuadro clínico del trastorno disfórico premenstrual (TDPM). El TDPM va un paso más allá y se presenta con síntomas de depresión graves, irritabilidad y tensión antes de la menstruación. Está reconocido como un problema psiquiátrico en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) y requiere un tratamiento tanto farmacológico como conductual. Los casos más severos de este trastorno se abordan con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), un grupo de antidepresivos.

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¿Cuáles son los síntomas del síndrome premenstrual?

Los síntomas del síndrome premenstrual suelen aparecer entre 3 y 10 días antes de la menstruación y pueden llegar a interrumpir la actividad diaria. Entre los más frecuentes, se destacan los siguientes:

  • Estado de ánimo deprimido
  • Tensión
  • Ansiedad
  • Cambios en el apetito
  • Torpeza
  • Distensión abdominal y sensación de gases
  • Dolor de cabeza
  • Baja tolerancia a ruidos y luces
  • Problemas de concentración
  • Cambios en la líbido
  • Mayor grado de aislamiento social
  • Problemas para dormir

En general, estos síntomas empeoran en gravedad y recurrencia a medida que se aproxima la menopausia. Además, los signos clínicos del síndrome premenstrual pueden parecerse mucho a los de otros trastornos, tanto médicos como psiquiátricos. Ante cualquier malestar sostenido en el tiempo, se requiere atención de un profesional en la salud.

Causas

Las causas del síndrome premenstrual no están del todo claras. De todas formas, como ocurre de forma conjunta con los cambios hormonales típicos del ciclo menstrual, se ha propuesto a la desproporción hormonal (el exceso de estrógeno y la deficiencia de progesterona) como posibles agentes causales. También se puede asociar a desbalances en la serotonina, una sustancia química que el cuerpo produce de forma natural necesaria para que el cuerpo funcione.

Más allá de mecanismos hormonales y cerebrales, el SPM también se relaciona a factores sociales, biológicos, psicológicos y culturales. Están en mayor riesgo de experimentarlo aquellas mujeres que:

  • Están entre los 20 y 40 años de edad.
  • Tienen antecedentes familiares de depresión.
  • Tienen antecedentes propios de trastornos afectivos, anímicos y/o depresión postparto.
  • Han tenido al menos un embarazo.
  • Son alcohólicas y/o consumen alcohol con asiduidad.

¿Cómo es el diagnóstico del síndrome premenstrual?

El síndrome premenstrual abarca una gran variedad de signos clínicos y síntomas. Por esta razón, no existen pruebas específicas que puedan diagnosticarlo con toda seguridad. Las manifestaciones de la paciente pueden llegar a vincularse a esta condición si es parte del patrón menstrual predecible y se repiten en el tiempo.

Dependiendo del cuadro, se puede requerir un historial clínico completo de la paciente y un examen físico, con especial hincapié en la zona pélvica. Hacer un seguimiento de los síntomas en un calendario, apuntando su momento de aparición y severidad, puede ayudar a confirmar el diagnóstico del SPM.

Algunas de las reglas generales que pueden ayudar a encaminar el diagnóstico hasta este síndrome son las siguientes:

  1. Los síntomas están comprendidos en el síndrome.
  2. Los síntomas deben ocurrir constantemente solo durante la fase lútea del ciclo menstrual.
  3. Las manifestaciones clínicas tienen un impacto negativo sobre el bienestar y funcionamiento

Tratamiento

El tratamiento del síndrome premenstrual está centrado en reducir los síntomas y su efecto sobre la actividad diaria. La farmacoterapia puede ser parte de la solución, pero llevar un estilo saludable y adoptar ciertos cambios conductuales siempre es el primer paso para abordarlo.

Algunas de las medidas que se pueden llevar a cabo para el síndrome premenstrual son los siguientes:

  • Cambios en el estilo de vida: practicar ejercicio de forma regular, evitar situaciones estresantes y mantener hábitos de sueño sanos es muy importante para manejar la sintomatología.
  • Terapia cognitivo-conductual: este abordaje psicológico tiene el objetivo de ayudar a la paciente a cambiar los pensamientos poco adaptativos (o disfuncionales) que están en la base de la problemática. Puede ayudar a manejar la parte emocional del síndrome y reducir su impacto sobre el día a día.
  • Antidepresivos: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRIs) pueden ser de utilidad para reducir el componente emocional negativo de este síndrome y del trastorno disfórico premenstrual. Pueden tomarse de forma continuada o limitar su dosis a las 2 semanas previas al inicio de la menstruación.
  • Anticonceptivos hormonales: estos fármacos pueden suspender la ovulación y, por tanto, aliviar los síntomas del síndrome.
Los sudores nocturnos pueden tener causas emocionales.

La mayoría de las mujeres que adoptan cambios conductuales, psiquiátricos y/o farmacológicos para el síndrome premenstrual consiguen aliviar sus síntomas. Si el malestar antes de la menstruación es persistente y hasta cierto modo incapacitante, siempre se recomienda una visita al especialista en salud.

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