Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y las infecciones de transmisión sexual (ITS) son extremadamente comunes en la población general. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día se producen 1 millón de nuevos contagios por este conjunto patológico, lo que se traduce en más de 370 millones de casos nuevos al año en todo el mundo por algunas de las ITS más comunes. Sin duda, el TOP de la lista está ocupado por la infección por clamidia, la gonorrea, la sífilis y la tricomoniasis.
Frenar la expansión de las enfermedades de transmisión sexual es cosa de todos. Para conseguirlo, en primer lugar hay que desestigmatizar la actividad sexual, hablar de forma abierta sobre el tema y desmentir preconcepciones más que instauradas por falta de conocimiento. Con esta premisa en mente, te mostramos 7 mitos sobre las ETS. ¡No dejes de leer!
1. Si tuviese una ETS, lo sabría
Sin duda, este mito de las ETS es el que más nos importa desmentir. Según estudios, casi la mitad de los casos de gonorrea y el 77 % de las infecciones por clamidia son asintomáticas. Más del 20 % de las personas VIH-positivas desconocen su estado y el 85 % de la población sexualmente activa se infecta por VPH, aunque casi nunca se presentan signos clínicos. Podríamos seguir citando estadísticas que ejemplifican con toda seguridad que no hace falta tener síntomas para estar infectado.
Muchas ETS son silenciosas. Por esta razón, cada vez se realiza una mayor distinción entre los términos ITS y ETS. Las ITS son infecciones causadas por agentes transmitidos durante la actividad sexual, pero no tienen por qué manifestarse. Se considera que las ITS pasan a ser enfermedades de transmisión sexual (ETS) cuando causan signos y síntomas en la persona. Todas las ETS son ITS, pero no todas las ITS evolucionan a ETS.
Hay que destacar, además, que la falta de síntomas no indica que la ITS en cuestión no sea transmisible, todo lo contrario. Una persona asintomática es más proclive a no tomar las medidas preventivas adecuadas y practicar sexo de forma casual, por lo que se favorece el contagio en la población. Hacerse análisis avanzados preventivos ante cualquier contagio de riesgo, se presenten síntomas o no, es la mejor forma de evitar la expansión de las ETS e ITS.
2. Las ETS solo se contagian a través del sexo vaginal
Otra preconcepción errónea muy dañina. Los agentes causales de las ETS se transmiten a través de la actividad sexual de cualquier tipo, sea oral, anal, vaginal o cualquier otra actividad que involucre sangre/fluidos sexuales. Sin ir más lejos, estudios indican que recibir sexo anal sin condón favorece el contagio del VIH de 10 a 12 veces en comparación con el sexo vaginal. Otros cuadros, como la gonorrea, pueden transmitirse cuando el pene o la vagina entran en contacto con la boca, manifestándose en la región oral. Es importante protegerse en todos los casos y tomar las medidas pertinentes, haya o no penetración.
3. El condón protege frente a todas las ETS e ITS
Aunque sí que es cierto que el preservativo es el método anticonceptivo y protector por excelencia, no hay que considerarlo como una barrera infranqueable ante todas las ETS. En primer lugar, es posible que se realicen muchos actos previos a la penetración sin preservativo que aumentan el riesgo de contagio y, además, el condón se puede romper con el movimiento y la fricción. Todo esto hace que sea posible establecer un contacto con los fluidos infectados de la otra persona, a pesar de haber intentado protegerse.
Además, hay ciertas ETS que se transmiten a través de lesiones o zonas que no tienen por qué estar cubiertas por un preservativo tradicional. El chancroide, una infección prevalente en África y el sudoeste asiático, se contagia al entrar en contacto con una úlcera de la persona infectada, la cual puede estar localizada en los testículos, la ingle y otras zonas que no son el pene en todos los casos. Como hemos dicho en otras secciones de este espacio, la mejor protección es hacerse una prueba preventiva por PCR antes de practicar cualquier contacto sexual esporádico/de riesgo.
4. Las ETS desaparecen con el tiempo sin tratamiento
Sin duda, uno de los mitos sobre las ETS más dañinos que pueden circular por la población. La mayoría de infecciones de este tipo no desaparecen por sí solas y, además, se corre el riesgo de experimentar efectos secundarios graves si no se aborda con rapidez incluso en los casos en los que el cuadro es asintomático. Por ejemplo, la gonorrea no tratada con antibióticos se asocia a complicaciones como enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), dificultades durante el embarazo e infertilidad, entre otras cosas.
Hay excepciones a esta regla general, como es el caso de la infección por el virus del papiloma humano (VPH). El 70 % de estos cuadros desaparecen por sí solos en 1 año, y el 90 % en 2. Incluso en esta realidad, un pequeño porcentaje de las infecciones por los VPH de alto riesgo se pueden complicar y generar lesiones precancerosas en el cuello del útero, el pene y otras regiones. Por todos estos motivos, ante cualquier síntoma o sospecha lo mejor es ponerse en manos de un profesional médico.
5. Solo los jóvenes y adolescentes contraen ETS
Nada más lejos de la realidad. Aunque sí que es cierto que los picos epidemiológicos de muchas ETS se alcanzan en las edades con mayor actividad sexual de forma típica (15-24 años), las infecciones se pueden contraer en cualquier momento de la vida. Estos agentes infecciosos no entienden de edades, sexo biológico, preferencias sexuales, etnias ni ningún otro parámetro de naturaleza sociocultural.
6. Una vez se trata, se adquiere inmunidad
Tal y como ejemplifican estudios, existe la posibilidad de adquirir una inmunidad temporal tras la infección frente a algunos de los patógenos causantes de ITS, como es el caso de Chlamydia trachomatis. De todas formas, los tiempos no están bien establecidos, no se tiene suficiente información y no todos los virus, bacterias y parásitos interactúan igual con el sistema inmunitario del hospedador. Por ello, hay que operar sobre que existe riesgo de reinfección de ETS en todos los casos, desde el momento de la cura en adelante.
Tener una gonorrea o cualquier otra ITS no libra a la persona de volver a infectarse unos meses o años después si no toma las medidas de protección pertinentes. Hay que protegerse independientemente del historial médico y operar sobre que no existe una inmunidad permanente.
7. No se pueden tener varias ETS a la vez
Este mito sobre las ETS es falso. Se puede tener varias ETS a la vez y, además, esto es bastante común por el hecho de compartir métodos de transmisión. Por ejemplo, más del 20 % de los casos de infección por VIH conviven con otros agentes infecciosos de este tipo, como la clamidia (10 %), la gonorrea (9 %), la vaginosis bacteriana y la sífilis. El hecho de ser positivo para muchas ETS favorece el contagio y la infección por otras, pues las lesiones abiertas, las llagas y los eccemas son síntomas comunes que actúan como vías de entrada libre para diversos patógenos.
Estos son solo algunos de los mitos más comunes asociados a las enfermedades de transmisión sexual (ETS), pero existen muchísimos más. De todas formas, la idea central queda clara: ante cualquier duda o pregunta relacionada con la salud sexual, se hace necesario ponerse en manos de un profesional médico. Solo una figura versada en este tema será capaz de ofrecer los mejores consejos para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.