El uso nocivo de alcohol es responsable de más de 200 enfermedades y trastornos. Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen más de 3 millones de defunciones por cuestiones relacionadas con este grupo de bebidas, es decir, más del 5 % del total. Huelga decir que el alcoholismo crónico se ha asociado en incontables investigaciones a morbilidad, mortalidad y pérdida de autonomía considerables. Aunque esté muy extendido por todo el mundo, no hay dosis de consumo de alcohol que sea segura para la salud.
Casi toda persona es consciente de que el alcohol puede causar problemas en el hígado, un mayor riesgo de accidentes de tráfico, conductas agresivas y más. De todas formas, no siempre hay suficiente información disponible al público sobre su vínculo directo (y demostrado) con la aparición de tumores malignos. En las siguientes líneas, te contamos las cifras y los mecanismos que relacionan de forma inequívoca al alcohol y al cáncer.
Relación entre alcohol y cáncer
Las bebidas alcohólicas son aquellas que contienen etanol en su composición. Se producen por la fermentación de granos, frutas u otras fuentes de azúcar y, dependiendo de su forma de obtención, pueden tener una graduación alcohólica variable. Aunque su consumo está más que normalizado en la mayoría de países y culturas, no hay que perder de vista que el alcohol es una potente droga psicoactiva con diversos efectos a corto plazo: relajación, euforia, menor grado de inhibición, conductas compulsivas, dolor de cabeza, dificultad de concentración y más.
Más allá de los cambios que esta droga realiza a corto plazo sobre el cuerpo de quien la consume, también son más que conocidos sus efectos dañinos sobre múltiples órganos y sistemas. En lo que al cáncer se refiere, la Organización Mundial de la Salud indica que el alcohol fue clasificado como Carcinógeno del grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer hace décadas. Este es el grupo de mayor riesgo, en el que también se incluyen sustancias como asbesto, radiación y tabaco.
Cifras epidemiológicas
Diversas fuentes médicas y científicas de interés recogen cifras que relacionan la aparición de cáncer con el consumo excesivo de alcohol. Destacamos las siguientes:
- Beber alrededor de 3,5 bebidas al día duplica (o incluso triplica) el riesgo de terminar desarrollando cáncer de boca, faringe, esófago y laringe.
- Beber alrededor de 3,5 bebidas al día aumenta 1,5 veces el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal y cáncer de mama.
- El consumo excesivo de alcohol se asocia con una probabilidad hasta 2 veces mayor para el desarrollo de dos tipos de cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular, el más común de todos, y colangiocarcinoma intrahepático).
- Beber 3 o más bebidas alcohólicas por día también aumenta el riesgo de experimentar cáncer de estómago y páncreas.
En general, el alcohol se ha demostrado como agente causal directo implicado en la aparición de al menos 7 tipos de cáncer. Tal y como indica el Instituto Nacional del Cáncer (NCI), aproximadamente el 4 % de los cánceres diagnosticados en países de alto ingreso se pueden atribuir al consumo de alcohol. Sin duda, las cifras hablan por sí solas.
¿Por qué el alcohol favorece el desarrollo de cáncer?
Hay diversos mecanismos por los cuales el alcohol pueden favorecer el desarrollo de cáncer a nivel fisiológico. Explicados de forma sencilla y rápida, en la siguiente lista:
- El alcohol causa daños en las células. Cuando se consumen las bebidas alcohólicas, estas se metabolizan (en parte) en acetaldehído, un componente volátil, potente y genotóxico. Este compuesto es capaz de dañar a las células y, además, previene su reparación. Ambos eventos favorecen la aparición de cáncer.
- Consumir alcohol puede generar especies reactivas de oxígeno (ROS) en el cuerpo. La acumulación de ROS en las células daña el ARN, el ADN y las proteínas, además de promover la muerte celular.
- Las bebidas alcohólicas también son capaces de limitar la síntesis y absorción de sustancias que previenen el cáncer. Esto incluye vitamina A, del complejo B, vitamina D, E y más.
- El etanol, presente en las bebidas alcohólicas, puede alterar los niveles de ciertas hormonas en el cuerpo. Por ejemplo, se ha asociado a un aumento de estrógeno, lo cual se vincula con un mayor riesgo de cáncer de mama.
- El alcohol puede provocar cambios en las células de ciertas partes del cuerpo, como la boca y la garganta, para que absorban químicos nocivos con mayor facilidad. Por ello, el consumo simultáneo de tabaco y alcohol suele aumentar de forma drástica el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
Más allá de todo lo citado, también es posible que ciertas bebidas alcohólicas contengan químicos que favorezcan la aparición del cáncer por su proceso de preparación. Aunque esto no es seguro por falta de evidencias científicas, hay que tenerlo en cuenta. Con todos estos datos y procesos ya expuestos, está más que claro que el alcohol y el cáncer están relacionados. Aunque beber de vez en cuando de forma responsable pueda no ser del todo nocivo, es necesario reconocer que ninguna bebida alcohólica es realmente segura o buena para la salud.
Pruebas para la prevención del cáncer
El cáncer representa a un grupo de enfermedades generalmente multifactoriales que aparecen por una combinación de la genética individual, el ambiente y los hábitos, entre otras muchas cosas. En la mayoría de los casos, encontrar una única causa es complicado y hay que abordar su prevención desde un enfoque multidisciplinar.
En VIVOLABS, contamos con estudios específicos que te permitirán conocer tu predisposición genética para el desarrollo de uno a muchos tipos de cáncer. Con esta información, es posible comenzar planes de diagnóstico temprano y realizar cambios en el día a día con el fin de minimizar riesgos. No se requiere ni cita previa ni prescripción médica para llevarlos a cabo.
Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.