El hígado es un órgano esencial para la supervivencia y el correcto funcionamiento del organismo humano. Esta estructura, localizada en la parte superior del abdomen (cerca del estómago), tiene un peso aproximado de 1500 gramos y unos 13-15 centímetros de longitud, lo que le otorga la característica de ser el órgano más grande del cuerpo. Estas dimensiones son más que necesarias, pues el hígado tiene la capacidad de contener el 10 % de la sangre circulante y filtra alrededor de 1,5 litros de este líquido por minuto.
El hígado realiza múltiples funciones necesarias para el equilibrio orgánico, entre las cuales destacamos las siguientes:
- Síntesis de la bilis, un líquido biológico esencial en el proceso digestivo de los seres humanos.
- Fabricación de proteínas circulantes en el plasma sanguíneo, como factores de coagulación, albúmina sérica, fibrinógeno, lipoproteínas y más.
- Producción de colesterol.
- Conversión del exceso de glucosa en glucógeno de almacenamiento.
- Regulación de los niveles de aminoácidos en sangre.
- Depuración de sustancias tóxicas y sangre del torrente sanguíneo.
- Producción de factores de inmunidad y eliminación de ciertas bacterias del torrente sanguíneo.
Debido a su tarea de filtrado y contacto continuo con el torrente sanguíneo, es habitual que el hígado sufra ciertas patologías crónicas a largo plazo ante la ausencia de salud, como cirrosis hepática, hígado graso (alcohólico o no alcohólico), hepatitis virales, y mucho más. En las siguientes líneas, te contamos cómo se relacionan las enfermedades del hígado con las transaminasas, unas sustancias de lo más reveladoras en la práctica clínica. ¡No dejes de leer!
¿Qué son las transaminasas?
Las transaminasas, también conocidas como aminostransferasas, son on enzimas que catalizan una reacción de transaminación entre un aminoácido y un α-cetoácido. Son importantes en la síntesis de aminoácidos, biomoléculas que a su vez se combinan para formar las proteínas que componen nuestro cuerpo.
Algunos ejemplos de transaminasas esenciales en el funcionamiento del cuerpo humano son:
- Alanina aminotransferasa (ALT o GPT): esta enzima cataliza la conversión de alanina en piruvato, un paso clave en el metabolismo energético y el ciclo de la glucosa en el hígado.
- Aspartato aminotransferasa (AST o GOT): una transaminasa que facilita la conversión de aspartato en oxaloacetato, contribuyendo al ciclo de Krebs y la producción de energía en células hepáticas y musculares.
- Glutamato oxaloacetato transaminasa (GOT2): es una variante mitocondrial de la AST que participa en el ciclo del ácido cítrico y en la regulación del metabolismo energético celular.
- Fosfoserina transaminasa (PSAT1): esta aminotransferasa convierte la fosfoserina en serina, un aminoácido esencial para la biosíntesis de proteínas, neurotransmisores y membranas celulares.
- Tirosina aminotransferasa (TAT): cataliza el primer paso en la degradación de la tirosina, esencial para la síntesis de hormonas como la dopamina y la adrenalina.
Si bien existen varios tipos de transaminasas, las más importantes a la hora de evaluar la salud en la analítica sanguínea son la AST (o GOT) y la ALT (o GPT). Debido a la información que reportan sobre la salud hepática, estas enzimas se suelen incluir en los análisis rutinarios anuales de chequeo.

¿Cuál es la relación entre las transaminasas y las enfermedades del hígado?
El hígado posee transaminasas en su estructura celular para sintetizar y descomponer aminoácidos y convertir moléculas de almacenamiento de energía:
- ALT (GPT): esta enzima se encuentra casi exclusivamente en el hígado, dentro del citoplasma de los hepatocitos. Es la más específica para evaluar daño hepático. Se consideran niveles normales en sangre los localizados entre 7-56 U/L.
- AST (GOT): la AST se localiza en el citoplasma y en las mitocondrias de los hepatocitos, pero también en músculos, corazón y riñón, por lo que no es tan específica del hígado como la ALT. Se consideran niveles normales en sangre los localizados entre 10-40 U/L.
Las concentraciones de estas transaminasas en el suero (la parte no celular de la sangre) normalmente son bajas. Sin embargo, si el hígado está dañado, la membrana de las células hepáticas (hepatocitos) se vuelve más permeable y algunas de las enzimas se filtran a la circulación sanguínea. Por esta razón, la concentración de la ALT y la AST en sangre son los primeros marcadores biológicos de daño en el hígado.
Aunque estos parámetros sean de gran utilidad, investigaciones reflejan que se encuentran elevaciones en las pruebas sanguíneas de función hepática en aproximadamente el 8 % de la población general. Estas elevaciones pueden ser transitorias en pacientes asintomáticos, y hasta el 30 % de ellas se resuelven después de tres semanas. Por lo tanto, se debe tener cuidado al interpretar estos resultados de forma aislada.
Niveles alterados de transaminasas en la enfermedad hepática
A continuación, te mostramos un listado con los que típicamente se consideran niveles alterados según el tipo de enfermedad hepática experimentada. De todas formas, es necesario tener en cuenta que los valores normales pueden cambiar según el laboratorio, la edad del paciente, el sexo biológico, y otros muchos parámetros. Ante cualquier duda, consulta con tu médico.
- Enfermedad de hígado graso alcohólico: tal y como su propio nombre indica, esta patología consiste en un acúmulo de grasa en el hígado a consecuencia de las alteraciones metabólicas que produce el alcohol. Se sospecha de esta enfermedad cuando; AST > 8 veces la upper reference limit o valor normal (URL); ALT > 5 veces la URL.
- Enfermedad de hígado graso no alcohólico: se trata de la acumulación de grasa en el hígado no debida al consumo de alcohol. Está relacionada estrechamente con el sobrepeso. Se sospecha de esta patología cuando AST y ALT > 4 veces la URL.
- Hepatitis viral aguda o toxicidad hepática con ictericia: en estos cuadros agudos, se observa ictericia en el paciente, es decir, el color amarillo de piel y mucosas debido al exceso de bilirrubina en el organismo por el mal funcionamiento hepático. En estos pacientes, se esperan niveles AST y ALT > 25 veces la URL.
- Hepatopatía isquémica: este cuadro potencialmente grave se caracteriza por una falta de flujo de sangre y oxígeno al hígado, ya sea causado por una insuficiencia cardiaca o por un descenso importante de la presión arterial. En estos casos, se espera AST y ALT > 50 veces la URL.
- Infección crónica por el virus de la hepatitis C: el virus de la hepatitis C (VHC) es un virus que causa inflamación del hígado, en algunos casos de forma crónica, y que generalmente se transmite al entrar en contacto con la sangre de otros pacientes infectados. Este agente patógeno puede ser silencioso en su fase crónica, y es habitual que la AST y ALT no lleguen ni a duplicar la URL.
- Infección crónica por el virus de la hepatitis B: al igual que el VHC, el VHB es capaz de provocar inflamación crónica en el hígado en pacientes vulnerables (niños, coinfectados con VIH, pacientes con otras patologías y más). También suele ser bastante silencioso, y en ciertos pacientes las elevaciones son mínimas-moderadas hasta que la enfermedad progresa.
Más allá de este listado, también hay que tener en cuenta que otros cuadros clínicos no directamente asociados a la salud hepática pueden provocar alteraciones en los niveles sanguíneos de transaminasas. La hemocromatosis, la enfermedad de Wilson, la enfermedad celiaca, la patología tiroidea, la sepsis y otras muchas enfermedades también son responsables de estas alteraciones. Ante cualquier valor atípico en tu analítica de rutina, te recomendamos que consultes con tu médico de confianza.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.