ETS e infertilidad: ¿en qué se relacionan?

La educación sobre salud sexual es hoy más importante que nunca. Cada día, más de 1 millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS), y muchas de ellas son asintomáticas. La falta de conocimiento sobre estas condiciones infecciosas puede derivar en muchos problemas, desde la expansión de los patógenos en la población general hasta complicaciones severas en la salud a largo plazo. Hablar sobre el sexo sin tapujos es esencial para prevenir, diagnosticar, y tratar las enfermedades de transmisión sexual con la mayor eficacia posible.

Aunque algunas infecciones de transmisión sexual se queden en un susto, otras, sobre todo si no se tratan, pueden desembocar en enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), inmunosupresión y en los casos más severos cáncer o muerte. En las siguientes líneas, exploramos el vínculo entre las ETS y la infertilidad. Podrás comprobar que ambos términos están mucho más relacionados de lo que en un principio podría parecer.

Infertilidad: definición y características

Según fuentes científicas, la infertilidad se define como la incapacidad de concebir después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección. Se trata de un grupo patológico que puede afectar al aparato reproductor tanto masculino como femenino y se debe a muchos factores, aunque en ciertos escenarios es de naturaleza idiopática (no conocida). Este problema de salud es global, relativamente común, y se escinde en 2 tipos principales:

1. Infertilidad primaria: ocurre cuando nunca se ha logrado un embarazo de forma exitosa.
2. Infertilidad secundaria: tiene lugar cuando se ha producido un embarazo previo de forma exitosa, pero no se puede concebir de manera exitosa en el presente.

Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad afecta a más de 186 millones de personas y 48 millones de parejas en todo el mundo. Aproximadamente el 33 % de los casos se deben a factores de genitales femeninos, el 21 % a factores de genitales masculinos, el 40 % es de tipología mixta y el 6 % por causas inexplicables.

Infertilidad y ETS: ¿cuál es su relación?

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) son, como su propio nombre indica, infecciones que se transmiten de una persona a otra a través del contacto sexual (generalmente por vía vaginal, oral o anal). Una infección de transmisión sexual (ITS) puede considerarse una enfermedad de transmisión sexual (ETS) si genera sintomatología en el paciente, pero a veces también permanece de forma asintomática en todo su curso. Todas las ETS son ITS, pero no todas las ITS debutan como ETS.

En general, estas afecciones clínicas son causadas por virus, bacterias, hongos y otros tipos de parásitos. Muchas son asintomáticas, mientras que otras se presentan con signos clínicos como picor genital, ardor al orinar, malestar al practicar sexo y secreciones anormales por la uretra.

Para entender mejor la relación entre las ETS y la infertilidad, recogemos una serie de datos estadísticos de interés:

• Se ha demostrado ampliamente que C. trachomatis (causante de clamidia) y N. gonorrhoeae (causante de la gonorrea) están asociadas con la infertilidad, particularmente al causar inflamación de las trompas de Falopio (salpingitis, englobada dentro de la enfermedad inflamatoria pélvica o EPI). La infertilidad tiene lugar en el 11 %-13 % de las mujeres con un episodio de EPI, 23-36 % después de dos episodios y 54-76 % después de 3 episodios.
• Según estudios realizados en mujeres subfértiles sin patología tubárica visible, la prueba de anticuerpos contra clamidia se asoció con una tasa de embarazo espontáneo un 33 % menor que aquellas sin anticuerpos contra clamidia.
• La presencia de Mycoplasma genitalium en el aparato genital masculino se asocia, cada vez más, con cuadros de uretritis. Si se expande, la infección puede provocar epididimitis, prostatitis e incluso bloqueo de los conductos deferentes. Esto puede conducir a infertilidad.
• Otras investigaciones han mostrado que las mujeres con antecedentes de infección por T. vaginalis (tricomoniasis) tienen aproximadamente el doble de riesgo de infertilidad tubárica.

Con estas estadísticas, queda más que claro que la infertilidad puede asociarse a cuadros de clamidia, gonorrea, tricomoniasis y otras ETS sin tratar. De todas formas, estos no son los únicos agentes patógenos que pueden generar problemas a la hora de concebir. También hay que tener en cuenta al virus del papiloma humano (VPH), el cual se asocia en algunos casos al cáncer cervicouterino, cuyo tratamiento puede afectar de forma severa a la fertilidad femenina.

¿Cómo prevenir las ETS?

Evitar la expansión de enfermedades e infecciones de transmisión sexual es cosa de todos. Entre los métodos de prevención más recomendados y habituales, destacan los siguientes:

• Es necesario utilizar preservativos en la práctica sexual (en todo momento, incluyendo el sexo oral). Aunque estos no son 100 % infalibles a la hora de evitar el embarazo y las ETS, sí que reportan una amplísima eficacia cuando se usan correctamente. Aprender a emplear los preservativos en el contexto adecuado es vital.
• Vacunarse en los casos en los que sea posible. El virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de papiloma humano (VPH) se pueden prevenir con el calendario de vacunación adecuado.
• Ser honesto/a. Comentar a los compañeros sexuales cualquier síntoma o sospecha, por mínima que sea, puede permitir un diagnóstico temprano de una condición potencialmente seria.
• Realizarse pruebas diagnósticas ante cualquier sospecha. Se tengan síntomas o no, ante cualquier duda realizarse pruebas por anticuerpos o PCR es una obligación. Muchas ITS son asintomáticas y la ausencia de signos no descarta la condición de portador.

Las enfermedades de transmisión sexual están mucho más asociadas a la infertilidad de lo que en un principio podría parecer. Prevenir, diagnosticar y tratar estas condiciones no solo puede facilitar el embarazo, sino evitar complicaciones severas que van desde inflamación crónica hasta la muerte. Ante cualquier duda, hazte tu prueba.

Compra tu prueba

Samuel

Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.

Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.