Los 5 tipos de cáncer más mortales

La palabra cáncer nunca pasa desapercibida, pues implica pérdida, lucha, desafío científico e incertidumbre a nivel médica a partes iguales. Sin duda, este conjunto de enfermedades engloban a algunas de las entidades clínicas más temidas en la actualidad. Aunque el diagnóstico temprano y los tratamientos cada vez más dirigidos salven miles de vidas cada año, los cánceres siguen liderando las cifras en lo que a muertes mundiales se refiere.

En las siguientes líneas, te mostramos las características clínicas y las cifras epidemiológicas de los 5 tipos de cáncer más mortales. No nos referimos en específico a aquellos con una mayor tasa de letalidad, sino a los que más defunciones causan desde un plano numérico. Por ello, algunos de los elementos de este listado ocupan su espacio no por una baja tasa de supervivencia, sino por lo comunes que son. Vamos a ello.

1. Cáncer de pulmón

Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de pulmón mató a 1.80 millones de personas en el año 2020. En este mismo año, se detectaron 2.21 millones de casos nuevos de cánceres pulmonares. Con estas cifras en mano, no es difícil entender por qué las neoplasias malignas en el pulmón ocupan el primer puesto del listado.

La tasa de supervivencia relativa a 5 años para todos los tipos de cáncer de pulmón en regiones de alto ingreso como los Estados Unidos es del 23 %. En su estadio más temprano el pronóstico de supervivencia mejora hasta el 55 %, pero en el peor de los escenarios la cifra cae en picado a un 5 %.

La principal razón de la mortalidad de esta neoplasia maligna es que, por desgracia, los síntomas suelen hacerse evidentes cuando la enfermedad ya está avanzada. Esto dificulta el tratamiento y empeora mucho el pronóstico general. Los signos clínicos del cáncer pulmonar pueden variar entre personas. De todas formas, en la siguiente lista citamos algunos de los más comunes:

• Tos que no desaparece y empeora con el tiempo.
• Dificultad para respirar.
• Dolor de pecho.
• Esputos sanguinolentos.
• Pérdida de peso sin una causa concreta.
• Falta de aire persistente.
• Cansancio constante.

El mayor factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de pulmón es fumar tabaco, pues hasta el 90 % de casos ocurren por esta adicción. Las personas que fuman cigarrillos tienen un riesgo entre 15 y 30 veces más alto en comparación con la población general. Tal y como indican muchas fuentes de salud, no fumar es una de las decisiones más adecuadas (sino la que más) que puede tomar un ser humano para preservar su salud.

2. Cáncer de colon y recto

Aunque no se trate de la misma entidad clínica en su sentido más exacto, los cánceres de colon y recto se suelen englobar bajo el mismo paraguas (cáncer colorrectal) debido a su proximidad y sintomatología compartida. Estas neoplasias malignas causaron en el año 2020 916 000 muertes y 1.93 millones de casos nuevos. Se estima que 1 de cada 23 hombres y 1 de cada 26 mujeres desarrollarán cáncer colorrectal a lo largo de su vida, unas cifras para nada desdeñables.

Tal y como ocurría en el caso anterior, la mortalidad del cáncer colorrectal radica sobre todo en que su sintomatología no se hace evidente hasta estadios tardíos, lo que dificulta el diagnóstico. Cuanto más tiempo pasa, más probable es que el cáncer se expanda a otras partes del cuerpo y se produzca una metástasis, empeorando así el pronóstico de forma considerable.

Entre los síntomas más destacados del cáncer colorrectal, se citan los siguientes:

• Un cambio en los patrones de defecación.
• Presencia de sangre en las heces.
• Dolor abdominal y/o calambres que no desaparecen con el tiempo.
• Diarrea o estreñimiento.
• Sensación de que los intestinos no se “vacían” del todo al defecar.
• Pérdida de peso involuntaria.
• Fatiga constante.

A pesar de su alto puesto en este listado, hay algunos puntos que recalcar. Tal y como indica la fuente profesional Cancer.net, la tasa de supervivencia relativa a 5 años para el cáncer colorrectal en etapa localizada es del 91 %. Si se detecta a tiempo, este cuadro se puede tratar y resolverse en su totalidad. El problema es que es un tipo de cáncer bastante común que no siempre se diagnostica en fases tempranas.

3. Cáncer de hígado

El cáncer de hígado causó 830 000 muertes en el año 2020. De todas formas, y a diferencia del caso anterior, no se encuentra entre los 5 cánceres más comúnmente diagnosticados. El riesgo de desarrollarlo en hombres es de 1 entre 58 (2 %) y 1 entre 122 mujeres (menos de un 1 %). El carcinoma hepatocelular es la variante más común de esta neoplasia maligna y se debe a una cirrosis hepática en más del 90 % de los casos.

La cirrosis hepática suele estar causada en países de alto ingreso por el consumo repetido y excesivo de alcohol. También puede estar desembocada por una hepatitis viral en curso (B, C y D), enfermedad de hígado graso no alcohólico y hemocromatosis, entre otros cuadros. Algunos de los síntomas más habituales de esta condición son los siguientes:

• Dolor en la parte alta del abdomen.
• Náuseas y vómitos.
• Debilidad.
• Fatiga generalizada inexplicable.
• Hinchazón abdominal.
• Pérdida de peso sin proponerlo.
• Ictericia (color amarillo de piel y ojos).
• Falta de apetito.

Como en los casos anteriores, la letalidad del cáncer de hígado radica en su falta de avisos. Este órgano no contiene fibras nerviosas que respondan al dolor, por lo que es imposible notar el desarrollo de un tumor hasta que está avanzado y la sintomatología se hace más que evidente. La tasa de supervivencia combinada de todos los estadios de este cáncer a los 5 años del diagnóstico es del 21 %.

4. Cáncer de estómago

El cáncer gástrico ocupa el cuarto lugar en esta lista, con 1,09 millones de casos en el año 2020 y 769 000 defunciones. Las probabilidades de desarrollarlo son 1 entre 96 para los hombres y 1 entre 152 para mujeres. El consumo de alimentos ultraprocesados y muy salados, la infección por Helicobacter pylori, el abuso de alcohol, el tabaquismo y la obesidad son algunos de los factores de riesgo para el cáncer gástrico, aunque existen más.

La mayoría de los cánceres de estómago (90-95 %) son adenocarcinomas. Estos cánceres se desarrollan a partir de las células glandulares en el revestimiento más interno del estómago, es decir, la mucosa estomacal. Entre sus síntomas más destacados, citamos los siguientes:

• Sensación de ardor en el abdomen.
• Indigestión y acidez estomacal (dispepsia).
• Náuseas y vómitos.
• Pérdida de apetito y/o peso.
• Inflamación abdominal.
• Fatiga inexplicable.
• Presencia de sangre en los vómitos (hematemesis).

En general, los cánceres de estómago se presentan con tumores de una biología muy agresiva. Esto quiere decir que crecen rápido y tienen mucho potencial metastásico. Si el diagnóstico no se realiza de forma temprana, es común que el cáncer gástrico termine por expandirse a otras partes del cuerpo. La tasa de supervivencia va del 70 al 6 %, dependiendo de la localización y expansión del tumor, entre otros factores.

5. Cáncer de mama

El cáncer de mama es el más diagnosticado en todo el mundo, con más de 2 millones de casos registrados cada año. Se estima que 1 de cada 8 mujeres lo padecerán a lo largo de su vida, pero si se detecta a tiempo, su pronóstico es excelente. En todas las etapas combinadas, la tasa de supervivencia del cáncer de mama a 5 años del diagnóstico es del 90 %. Si se detecta en una fase localizada, puede tratarse con eficacia en el 99 % de los casos (o más).

A diferencia de otros elementos listados, el cáncer de mama tiene un buen pronóstico. De todas formas, ocupa un puesto en el listado de los tipos de cáncer más mortales por lo común que es en la sociedad general. Es muy importante ponerse en manos de un profesional médico si se percibe cualquiera de los siguientes síntomas:

• Aparición de un bulto nuevo en la mama o en la axila.
• Irritación o hundimiento en una de las mamas.
• Enrojecimiento o descamación en zona de pezón y/o mama.
• Secreciones anormales por el pezón (sean o no sanguinolentas).
• Cambios en forma y/o tamaño de la mama.
• Dolor en cualquier parte de la mama.

Debido a sus altas cifras epidemiológicas, se recomienda que toda mujer con un riesgo estándar de cáncer de mama entre 50 y 74 años de edad se realice una mamografía cada 2 años (como poco). Dependiendo de la predisposición genética, el historial familiar y otros muchos parámetros, se puede recomendar la realización de estudios preventivos más exhaustivos y periódicos. En el caso del cáncer de mama, los cribados poblacionales salvan miles de vidas cada año.

Como hemos dicho al comienzo de esta lista, los tipos de cáncer más mortales no siempre lo son por su potencial de metástasis o rápido crecimiento, sino por lo comunes que son en la población general o por su ausencia de sintomatología en los primeros estadios. De todas formas, el consejo siempre es claro: ante cualquiera de los síntomas citados en líneas previas, te recomendamos encarecidamente acudir al médico. Ante cualquier tipo de cáncer, la prevención temprana puede salvarte la vida.

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Samuel

Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.

Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.