La demencia es un problema cada vez más conocido y preocupante. La población mundial tiende a envejecer y, con ella, la epidemiología de diversas patologías y el número de afectados también cambian. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que más de 55 millones de personas viven con algún tipo de demencia a día de hoy y se producen casi 10 millones de casos nuevos anuales. La enfermedad de Alzheimer es la responsable del 70% de los cuadros de este tipo.
La demencia no es una consecuencia natural del envejecimiento. Aunque es normal que se pierdan capacidades con el tiempo, el grado de alteración sensorial que se experimenta durante la enfermedad de Alzheimer y otras condiciones asociadas es claramente patológico. En las siguientes líneas, te contamos todo lo que debes saber sobre la enfermedad de Alzheimer.
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
Según el portal profesional Alzheimers.gov, la enfermedad de Alzheimer se puede definir como un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar. Es la forma más común de demencia, un término que se emplea para designar a aquellas entidades clínicas que cursan con pérdida de función cerebral. Más allá del Alzheimer, en este grupo también se encuentran la demencia vascular, la enfermedad de Huntington, las lesiones cerebrales, la esclerosis múltiple, la parálisis supranuclear progresiva y muchas más.
La enfermedad de Alzheimer es una condición crónica, progresiva y mortal. A día de hoy no tiene cura, aunque sí existen ciertos medicamentos que pueden ayudar a aliviar su sintomatología. Este tipo de demencia aparece de forma frecuente en personas con 65 años o más, afectando a 1 de cada 9 habitantes a partir de esta edad. Se estima que aparecen entre 5 y 8 casos nuevos cada año por cada 1000 personas.
El Alzheimer se puede clasificar en 2 grandes grupos:
- De aparición tardía: la mayoría de personas afectadas tienen Alzheimer de aparición tardía, es decir, que comienza a partir de los 65 años. Avanza de forma progresiva.
- De aparición temprana: es la forma que comienza a manifestarse antes de los 65 años de edad. Afecta al 5-6% de los pacientes totales con la enfermedad. Es una forma mucho más rara.
Más allá de su tipología, la enfermedad de Alzheimer cobra cada vez más importancia clínica. En un mundo en el que la población tiende al envejecimiento, conocer y tratar estas enfermedades es más importante que nunca para aumentar la calidad de vida.
¿Qué causa la enfermedad de Alzheimer?
A nivel fisiopatológico, la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por una acumulación de placas neuríticas anormales y ovillos neurofibrilares en el cerebro. Las placas son lesiones microscópicas esféricas que se forman en los espacios interneuronales de la sustancia gris cerebral por el depósito de una proteína conocida como beta-amiloide. Los ovillos neurofibirlares son otro tipo de estructuras anormales compuestas por agrupaciones densas de filamentos helicoidales apareados que se sitúan en varias partes del cerebro. Todo esto se traduce en un proceso neurodegenerativo, lento pero constante.
Aunque las bases de la enfermedad sí se conocen, no se ha descrito por completo la relación entre la acumulación de beta-amiloide y otros procesos y la progresión del cuadro. Otros muchos mecanismos, tales como la inflamación y la intervención de las citoquinas, podrían fomentar su aparición o empeoramiento. A continuación, mostramos algunos de los posibles desencadenantes de la enfermedad de Alzheimer por categorías.
Genética
El historial familiar no es necesario para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. De todas formas, tener un pariente cercano con la patología podría favorecer su aparición en otros miembros de la familia. Hay 2 tipos de genes asociados a las patologías en general: aquellos que aumentan el riesgo y aquellos que confirman su aparición. Como verás en la siguiente lista, hay genes asociados al Alzheimer en ambas categorías:
- Genes que aumentan el riesgo: el gen APOE está involucrado en la síntesis de una proteína que ayuda a transportar el colesterol a través del sistema sanguíneo. Una variante de este gen, el APOE4, está presente en el 40-65% de las personas con enfermedad de Alzheimer.
- Genes que causan la enfermedad: hay algunos cambios genéticos que pueden causar Alzheimer directamente por sí solos, pero estos están presentes en menos del 1% de los pacientes totales. La enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano está causada por cualquiera de una serie de mutaciones de un solo gen en los cromosomas 1,14 y 21. Todos estos cambios genéticos hacen que la síntesis de proteinas se vea alterada, favoreciendo la deposición de placas amiloides en el cerebro.
Aunque la genética pueda explicar el riesgo de desarrollar la enfermedad en muchos casos, las variaciones genéticas aquí citadas no se encuentran en todos los pacientes. Aun así, realizarse una prueba preventiva genética siempre es de gran utilidad para predecir la enfermedad.
Edad
El mayor riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es la edad. Como hemos dicho en líneas previas, la probabilidad de padecerla se dobla cada 5 años a partir de los 65 años. Aunque no se conozca exactamente el vínculo entre el riesgo y la edad avanzada, estudios estiman que ciertas moléculas asociadas a la enfermedad se expanden con mayor eficacia cuando el cerebro está “envejecido”.
Otros factores de riesgo
La causa concreta de la enfermedad Alzheimer es desconocida. Más allá de la genética y la edad, existen otros factores de riesgo que pueden promover su desarrollo. Entre ellos, destacamos los siguientes:
- Síndrome de Down: las personas con síndrome de Down presentan Alzheimer a partir de los 50 años de edad en un 30% de los casos.
- Traumatismos de cabeza: un traumatismo craneoencefálico grave aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad 4 veces o más.
- Enfermedades cardiovasculares: algunos hábitos favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares y, a su vez, enfermedad de Alzheimer. Entre ellos, destacan la obesidad, el alcoholismo, la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto.
En resumen, la etiopatogenia de la enfermedad de Alzheimer es multifactorial e incluye parámetros tanto genéticos como ambientales y conductuales. Aunque no es posible descartar con fiabilidad absoluta el riesgo de padecerla, este sí que se puede reducir de forma considerable con las pruebas y cambios pertinentes.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.