La patología suele afectar a hombres y mujeres por igual, pero paradógicamente el género femenino tiene una esperanza de vida más alta (5 años o más). A pesar de que los varones sean más proclives a padecer algunos tipos de cáncer (como el de próstata) y a ciertos percances derivados del contexto social, existen algunas enfermedades que son más comunes en mujeres o exclusivas de ellas. Aquí se exploran 10 de ellas.
El género femenino tiene una esperanza de vida más alta que el masculino por diversos factores. A nivel histórico, las mujeres tienen una menor tendencia a exponerse a riesgos, no suelen trabajar en sectores peligrosos y son más proclives a expresar su malestar y sentimientos. Además, el cromosoma sexual masculino (Y) tiende a mutar más que el femenino (X) y a expresar las mutaciones en forma de enfermedad. Aun así, la mujer no está libre de patologías, ya sea por desencadenantes sociales, biológicos o un conjunto de ambos.
¿Cuáles son las patologías más prevalentes en mujeres?
La salud femenina está influenciada por la biología relacionada con el sexo, el género y diversos determinantes sociales. Es de sobra conocido que las mujeres viven más que los hombres, pero estas presentan una mayor morbilidad y utilizan más los servicios de salud, sobre todo en el ámbito de la salud reproductiva. Además, no hay que olvidar la violencia ejercida sobre este género: 1 de cada 3 chicas puede llegar a sufrir agresiones físicas y sexuales en algún momento de su vida.
Tanto la cultura como la biología explican la incidencia de las patologías típicas del sexo femenino. A continuación, se citan 10 de las enfermedades más comunes en mujeres (sin un orden específico).
1. Enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardiovasculares son la causa más frecuente de muerte en todo el mundo y no entienden de géneros y constructos. Si bien los hombres son hasta un 50 % más proclives a padecer problemas cardíacos, estos provocan aproximadamente el 29 % de las defunciones en el género femenino en regiones de alto ingreso. El problema de estas cifras no suele ser la muerte en sí, sino la edad en la que aparecen las patologías y las vidas que se cobran de forma temprana.
La diabetes, el tabaquismo, la obesidad, el colesterol alto y el sedentarismo son algunos de los factores de riesgo más usuales para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Regular la dieta y ejercitarse de manera periódica puede reducir de modo drástico la incidencia de estas patologías.
2. Cáncer de mama
El cáncer de mama es el tipo de neoplasia maligna más común en el género femenino. 1 de cada 8 chicas desarrollarán esta enfermedad a lo largo de su vida, si bien es mucho más frecuente a partir de los 45 años de edad. Vamos más allá, pues se estima que el cáncer de mama es 100 veces más prevalente en mujeres que en hombres. Aunque un varón pueda desarrollar este tipo de neoplasia, es muy raro.
La palabra cáncer resulta aterradora para todos (y con razón), pero cabe destacar que, en su fase localizada, la tasa de supervivencia a 5 años del diagnóstico del cáncer de mama es de casi el 100 %. La edad avanzada, las mutaciones genéticas heredadas en los genes BRCA1 y BRCA2, la densidad mamaria y ciertos antecedentes personales son factores de riesgo ante esta enfermedad.
3. Cáncer de cuello uterino (CCU)
Esta es una de las enfermedades comunes en mujeres que se explican por sí solas, pues los varones carecen de útero. El cáncer de cuello uterino es aquel que se desarrolla en las células del cuello del útero cuando sufren mutaciones de ADN. Debido a estas mutaciones, los cuerpos celulares crecen sin control y no mueren cuando deberían, generando así los conocidos tumores y, en los peores casos, una metástasis.
Varias cepas del virus del papiloma humano (VPH) juegan un papel importante en el desarrollo del CCU. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2 tipos de virus de los papilomas humanos (16 y 18) provocan casi el 50 % de las lesiones precancerosas del cuello uterino de gran malignidad. Si bien más del 90 % de las mujeres infectadas combaten la infección por sí solas, son necesarias pruebas de exploración específicas y rutinarias en todos los casos para detectar posibles daños antes de que se transformen en cáncer.
4. Infecciones de las vías urinarias
Estos cuadros hacen referencia a las infecciones que se producen en cualquier parte del aparato urinario (riñones, uréteres, vejiga o uretra). Las mujeres son más proclives a desarrollar una patología de este tipo porque su uretra es mucho más corta que la de los hombres. Por ello, las bacterias no tienen que recorrer mucha distancia hasta colonizar los tejidos de elección. Estas infecciones se tratan con diversos antibióticos.
Las infecciones de las vías urinarias son hasta 30 veces más comunes en mujeres.
5. Depresión
No todas las enfermedades comunes en mujeres se circunscriben al terreno fisiológico. La depresión afecta al 5 % de la población adulta global, si bien el género femenino tiene el doble de probabilidades de desarrollarla en comparación con los varones. Esto se explica mínimamente por la fluctuación hormonal en el organismo de la mujer a lo largo de su vida, pero sin duda las cifras van mucho más allá de la biología.
Los roles sociales instaurados para el género femenino, las experiencias traumáticas vividas (1 de cada 3 mujeres sufren violencia sexual en algún momento) y una mayor capacidad de expresar el estado emocional pueden explicar este sesgo más allá de las hormonas. La depresión es una patología multifactorial que no se puede obviar, pues en algunos casos puede derivar incluso en el suicidio.
6. Osteoporosis
La osteoporosis aparece cuando el cuerpo descompone más tejido óseo del que puede reponer. Las mujeres son mucho más proclives a padecerla, en parte por el desequilibrio hormonal que ocurre a partir de la menopausia. Esta patología constituye un gran problema a nivel global, pues afecta a más de 200 millones de personas. Cuanto más envejecida esté la población general, más aumentará la incidencia de la osteoporosis.
La osteoporosis en sí no es la única amenaza, ya que las fracturas de columna y cadera después de caídas en la tercera edad son complicaciones muy graves derivadas de los cuadros más avanzados. Dependiendo del área fracturada, la paciente puede llegar a desarrollar discapacidad e incluso un riesgo de muerte prematura importante.
7. Artritis
La artritis es la hinchazón y la sensibilidad de una o más articulaciones. Los antecedentes familiares, la edad avanzada, las lesiones articulares previas y la obesidad son claros factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad. Es mucho más común en mujeres, pues afecta a 1 de cada 4, en comparación con 1 de cada 5 varones. Además, estas son más susceptibles de experimentar síntomas más incapacitantes.
Existen varios tipos de artritis, los cuales se diferencian por causas y etiología.
8. Quistes ováricos
Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido situados en el ovario o su superficie. Estas estructuras no siempre cursan con síntomas, pero cuando lo hacen pueden mostrarse en forma de dolor pélvico, sensación de pesadez, hinchazón, malestar abdominal y dolor durante las relaciones sexuales. La vigilancia activa suele ser el abordaje inicial, pero la administración de medicamentos o la cirugía se hacen necesarios en los casos en los que no hay mejoría con el tiempo.
9. Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica y degenerativa que afecta al cerebro y la médula espinal. Las células inmunitarias del propio cuerpo atacan al sistema nervioso, lo cual provoca daños irreversibles en los nervios. Esto provoca síntomas como la pérdida de equilibrio, los espasmos musculares, la visión doble, la debilidad de las extremidades y muchos más.
Se desconocen las causas exactas de la esclerosis múltiple, pero sí es conocido que las mujeres son hasta 4 veces más proclives a desarrollarla. El uso de corticosteroides durante los brotes es el abordaje de elección para reducir su duración y gravedad, aunque existen otros muchos medicamentos cuya finalizar es enlentecer la progresión de la enfermedad.
10. Enfermedades de la tiroides
La tiroides es una glándula situada en la parte frontal del cuello. Se encarga de producir y liberar las hormonas tiroideas, las cuales regulan múltiples funciones metabólicas en todo el organismo. Cuando la glándula tiroides produce más o menos hormonas de las requeridas, aparecen síntomas muy variados e inespecíficos. Según portales profesionales, las mujeres son 5-8 veces más susceptibles que los hombres de desarrollar un problema tiroideo a lo largo de su vida.
El hipotiroidismo afecta al 2 % de las mujeres.
Existen muchas enfermedades más comunes en mujeres que en hombres, ya sea por la fisiología del aparato reproductor femenino o por factores sociales. Desde la depresión hasta la esclerosis múltiple, son muchas las patologías prevalentes en este género que deben tenerse en cuenta tanto a nivel de paciente como en el entorno profesional.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.