Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) e infecciones de transmisión sexual (ITS) son un conjunto de cuadros clínicos asociados al acto sexual, ya sea anal, oral o vaginal. Estas patologías son extremadamente comunes y, cada día, más de 1 millón de personas se ven afectadas por un agente patógeno transmitido a través del sexo. Aunque muchas de estas condiciones sean asintomáticas o generen sintomatología mínima, pueden llegar a derivar en complicaciones como inflamación crónica, infertilidad y, en los peores casos, inmunosupresión, cáncer o muerte. Sin duda, las ETS son un problema creciente que requiere tanto conocimiento como prevención global.
La gonorrea, la tricomoniasis, la clamidia, el virus del papiloma humano (VPH) y el herpes genital son algunas de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes, tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS). De todas formas, existen algunas infecciones mucho menos conocidas, pero que también requieren atención a nivel tanto médico como divulgativo. En las siguientes líneas, te lo contamos todo sobre el granuloma inguinal o donovanosis.
¿Qué es el granuloma inguinal o donovanosis?
El granuloma inguinal, también conocido como donovanosis o granuloma venéreo, es una enfermedad bacteriana producida por el microorganismo Klebsiella granulomatis (antes categorizado como Calymmatobacterium granulomatis). Desde un punto de vista microbiológico, K. granulomatis se caracteriza por ser un bacilo aeróbico inmóvil con una cápsula no esporulada que mide de 0,5 a 2,0 μm. Entre sus factores de virulencia, destacan su capacidad para invadir tejidos epiteliales, evadir la respuesta inmunitaria, inducir la inflamación granulomatosa y provocar el daño tisular por la propia replicación bacteriana.
Tal y como indician fuentes profesionales, el granuloma inguinal es extremadamente raro en regiones de alto ingreso. Por ejemplo, en Estados Unidos se reportan menos de 100 casos al año. A nivel global, es algo más común en áreas con clima tropical o subtropical, ya que las condiciones cálidas favorecen la transmisión de las ETS, y a menudo estas características coinciden con regiones de infraestructuras sanitarias algo más empobrecidas y/o deficientes. Por todas estas razones, las áreas de mayor prevalencia de la donovanosis son Nueva Guinea, el sur de la India, el sudeste asiático, Brasil, Indonesia, Argentina y el Caribe.
Además, es importante tener en cuenta que la mayoría de las personas infectadas se encuentran entre los 20 y los 40 años de edad. Esto es específicamente relevante en los sectores poblacionales que practican sexo con múltiples personas de forma asidua, sobre todo si no emplean protección.
Síntomas de la donovanosis
La donovanosis es una infección bacteriana de naturaleza crónica que suele manifestarse sintomáticamente después de 1 a 12 semanas del contacto de riesgo, aunque en algunos escenarios puede llegar a demorar su sintomatología hasta un año o más.
- El primer signo de esta infección es la aparición de un bulto rojo indoloro (lesión o úlcera) en o cerca de los genitales. A menudo, esta lesión sangra con facilidad.
- La protuberancia crece de forma lenta hasta convertirse en un bulto rojo redondo con bordes irregulares.
- después, el bulto se descompone y forma una llaga, la cual presenta mal olor y puede ser dolorosa.
Los genitales se ven afectados en el 90 % de los casos, y la región inguinal en el 10 % de los casos. Las regiones de aparición más habituales en el sexo biológico masculino son el prepucio, el surco coronal, el frenillo, el glande y el ano. Las zonas de afección más frecuentes en el sexo biológico femenino son los labios menores, la horquilla, el cuello uterino y el tracto genital superior. También es posible (aunque mucho menos común) que aparezcan lesiones extragenitales en los labios, el interior de la boca, la laringe o el pecho.
En este punto, cabe destacar que la progresión de la donovanosis es más rápida en mujeres embarazadas. También suelen responder de peor manera al tratamiento farmacológico, razón por la cual es muy importante protegerse de esta (y toda) ETS en periodo de gestación.
Causas de esta enfermedad
Tal y como se ha mencionado en líneas previas, el granuloma inguinal se considera una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Esto significa que se transmite, principalmente, a través de la penetración, ya sea anal o vaginal. También se puede producir el contagio en la práctica sexual oral o durante el contacto piel con piel, si bien esto es mucho menos frecuente.
Diagnóstico del granuloma inguinal
El diagnóstico del granuloma inguinal se realiza de forma habitual mediante la identificación microscópica del patógeno causal en muestras del tejido lesionado. En primer lugar, se debe tomar una biopsia o un raspado de los bordes de la úlcera, que se tiñe con técnicas como Giemsa o Wright. En estas preparaciones, se buscan los característicos cuerpos de Donovan, inclusiones intracelulares características de la enfermedad. La observación de estos cuerpos es el sello distintivo del diagnóstico, de ahí el nombre común de la infección.
Además, pueden utilizarse técnicas moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar el ADN de Klebsiella granulomatis en las lesiones. Aunque la PCR es más específica y sensible que otras técnicas diagnósticas, su disponibilidad suele ser limitada en áreas en las que la enfermedad es más prevalente. Debido a la complejidad metodológica de esta herramienta, se considera más costosa.
Tratamiento
El tratamiento del granuloma inguinal consiste principalmente en el uso de antibióticos de amplio espectro efectivos contra Klebsiella granulomatis. El medicamento de primera línea es la azitromicina (1 g por vía oral una vez por semana o 500 mg diarios durante al menos 3 semanas), ya que es eficaz y muestra una buena tolerancia. Alternativamente, se pueden usar doxiciclina, eritromicina o ciprofloxacino, dependiendo de la disponibilidad y reacción del paciente frente al medicamento en cuestión.
Es esencial continuar el tratamiento hasta que todas las lesiones hayan cicatrizado completamente, lo que puede llevar varias semanas. En casos avanzados o con destrucción tisular extensa, puede ser necesario un manejo quirúrgico complementario para reparar el daño. También se recomienda evaluar y tratar a las parejas sexuales del paciente para prevenir la reinfección y detener la propagación de la enfermedad.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.