¿Por qué hay cada vez más personas con enfermedad celiaca?

La enfermedad celiaca es un trastorno autoinmunitario de tipo crónico que afecta primariamente al intestino delgado, pero que puede tener efectos sobre múltiples órganos y sistemas en caso de no detectarse a tiempo. Esta patología está fuertemente ligada a genes específicos, principalmente los del complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) de clase II, como HLA-DQ2 y HLA-DQ8. En personas con predisposición genética frente a la celiaquía, el gluten es reconocido como una “amenaza” por parte del sistema inmunitario, lo que provoca una respuesta inflamatoria en el intestino delgado.

La inflamación persistente provoca atrofia de las vellosidades intestinales, haciendo que la absorción de nutrientes sea más pobre y generando una serie de signos y síntomas característicos de la enfermedad celiaca. Entre los signos más comunes de esta enfermedad, destacan la distensión abdominal, la diarrea crónica, el estreñimiento, los gases, las heces blandas y las náuseas, aunque existen muchos más. Es importante tener en cuenta que no todas las personas con predisposición genética desarrollan celiaquía a lo largo de su vida, pero para ser celiaco hay que presentar esta predisposición en la práctica totalidad de los casos.

Ante la importancia de esta patología en el discurso científico y sanitario a partes iguales, es habitual que surja a siguiente pregunta: ¿por qué hay cada vez más personas con enfermedad celiaca? ¿Son la prevalencia e incidencia en aumento de esta condición casualidad, o un sesgo por una mayor facilidad diagnóstica en nuestros tiempos? En las siguientes líneas, te contamos todo lo que debes saber sobre este tema y te resolvemos las dudas.

¿Por qué cada vez hay más pacientes con enfermedad celiaca?

En primer lugar, es necesario hacerse la siguiente pregunta: ¿está la celiaquía en aumento? La respuesta es un indudable y rotundo sí. Cada vez hay más personas diagnosticadas con enfermedad celiaca en todo el mundo. Tal y como indican fuentes científicas, la incidencia de la celiaquía ha ido aumentando desde la segunda mitad del siglo XX hasta el siglo XXI en casi todos los países donde se dispone de datos sobre esta patología.

A inicios del siglo XXI, la incidencia de la enfermedad celíaca en mujeres era de 17,4 por 100.000 personas-año (lo que significa que, de cada 100.000 mujeres con seguimiento durante un año, poco más de 17 serían diagnosticadas con enfermedad celíaca), en comparación con 7,8 por 100.000 personas-año en hombres. La incidencia de la enfermedad celíaca en niños fue de 21,3 por 100.000 personas-año, en comparación con 12,9 por 100.000 personas-año en adultos. Según investigaciones, esta incidencia ha aumentado de manera considerable a lo largo de los últimos años, a razón de un 7,5 % por año.

Si hace 20 años la incidencia de esta enfermedad era de X, hoy podría ser entre 4 y 5 veces mayor, dependiendo del país y la población estudiada. Además, hay que tener en cuenta que entre el 75 y el 85 % de los pacientes celiacos desconocen su condición, un hecho que podría inflar mucho las cifras reales de personas con este trastorno inmunitario. Asimismo, a pesar de la incertidumbre del total de personas celiacas en el mundo, sí que se sabe que el aumento claro de la prevalencia de la celiaquía ocurre tanto en aquellas personas que han recibido su diagnóstico como aquellas que aún no lo saben.

Tal y como indican referencias profesionales, la prevalencia de la celiaquía en España era, de forma estimada, de 1 entre 389 personas en el año 2000. Si se suman las cifras actuales entre niños y adultos, se obtiene que aproximadamente el 1 % de la población española es celiaca, lo que coincide con el incremento de hasta 4-5 veces citado con anterioridad. Por lo tanto, las cifras nos lo demuestran de forma clara; ser celiaco es más habitual ahora que antes, tanto en España como en el resto del mundo.

¿A qué se debe este aumento?

Ahora que ya sabemos que la prevalencia y la incidencia de la celiaquía están al alza, toca preguntarse por qué. En la siguiente lista, mostramos algunas de las principales explicaciones por las cuales esto podría estar ocurriendo:

  • Factores médicos y diagnósticos: el avance en las herramientas de diagnóstico es clave para explicar el aumento de casos de enfermedad celiaca. Hoy en día, se utilizan análisis serológicos más sensibles (anticuerpos anti-transglutaminasa, anti-endomisio) y se aplican de forma más amplia, especialmente en pacientes con síntomas inespecíficos o en familiares de personas celíacas. También se hace uso de estudios sofisticados por PCR que buscan variantes genéticas concretas en el paciente, incluso antes de que se manifiesten los síntomas, lo que permite identificar la predisposición tanto en el paciente como en familiares cercanos antes de que la enfermedad “debute”. Además, muchos médicos están mejor formados y saben que la celiaquía puede presentarse sin síntomas digestivos, lo que ha permitido detectar casos que antes se pasaban por alto.
  • Ambiente y hábitos: la expansión de ciertas infecciones gastrointestinales víricas y bacterianas, el uso desmedido de antibióticos, las alteraciones en la microbiota intestinal, la ingesta de alimentos ultraprocesados con gluten y otros factores ambientales/comportamentales pueden haber favorecido un aumento de la incidencia de la celiaquía. En estos casos, lo más probable es que la enfermedad se manifieste antes por un estilo de vida inadecuado, no que el estilo de vida inadecuado sea el causal real de la patología.
  • Genética y epigenética: aunque la predisposición genética a la celiaquía (principalmente los genes HLA-DQ2 y DQ8) no ha cambiado en la población de forma tan clara como las cifras epidemiológicas, los factores epigenéticos (es decir, cómo el entorno afecta a la expresión de esos genes) sí lo han hecho. Esto significa que más personas con predisposición están desarrollando la enfermedad hoy que hace 30 años, probablemente debido al entorno más inflamatorio, cambios en el estilo de vida y exposición a ciertos desencadenantes como infecciones o estrés.
  • Mayor conciencia poblacional: la sociedad actual está mucho más informada sobre salud, alergias e intolerancias. Esto ha hecho que más personas reconozcan síntomas compatibles con celiaquía (fatiga, hinchazón, anemia, dermatitis…) y acudan al médico en busca de un diagnóstico. Además, como cada vez hay más opciones sin gluten en supermercados y restaurantes, el impacto del diagnóstico en la calidad de vida es menor, y eso también anima a más personas a buscar respuestas en lugar de resignarse a vivir con síntomas.

Como habrás podido comprobar a lo largo de estas líneas, está claro que la enfermedad celiaca es más común ahora, pero también más manejable y fácil de detectar que hace unas décadas. Ante cualquier síntoma compatible con esta patología o todo tipo de malestar gastrointestinal, te recomendamos acudir a tu médico de confianza con presteza.

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