La vitamina E es una vitamina liposoluble que se almacena en el tejido graso y el hígado. Tiene muchas funciones en el cuerpo humano, entre las que destacan la protección ante agentes dañinos por su capacidad antioxidante, el mantenimiento del sistema inmunitario, la formación de glóbulos rojos, la utilización de vitamina K y la interacción celular. Cabe destacar que este compuesto tiene un papel fundamental en el metabolismo normal de todos los cuerpos celulares.
Algunos alimentos ricos en vitamina E son los aceites vegetales de maíz, los frutos secos, las semillas, las hortalizas de hoja verde y ciertos cereales fortificados. De todas maneras, cabe destacar que los requerimientos de este compuesto dependen mucho de la edad y otros factores. Un bebé hasta los 6 meses no necesita más de 4 miligramos de vitamina E al día, mientras que un adulto requiere unos 15 miligramos diarios.
¿Para qué sirve la prueba de vitamina E?
Como su propio nombre lo indica, este análisis sirve para conocer la cantidad de vitamina E presente en el organismo. Tiene los siguientes usos:
- Conocer si el paciente está consumiendo suficiente vitamina E a través de la dieta.
- Saber si el paciente está absorbiendo suficiente vitamina E a nivel intestinal tras el consumo de alimentos.
- Comprobar si existe deficiencia de vitamina E en bebés prematuros, pues estos son más proclives a ello.
- Averiguar si el paciente está consumiendo una cantidad excesiva de suplementos vitamínicos.
La deficiencia de este compuesto puede generar anemia hemolítica leve y déficits neurológicos inespecíficos. En los niños, esto se traduce en síntomas como reflejos ralentizados, problemas para caminar, falta de sensibilidad y fallos de coordinación, entre otros muchos.
El nivel adecuado de vitamina E en sangre es de 12 a 46μmol α-tocopherol/l.
¿Qué significa tener la vitamina E baja?
Algunos de los desencadenantes de la deficiencia de vitamina E son los siguientes:
- Baja ingesta: el déficit de esta vitamina casi nunca se explica por un problema de ingesta baja. Aun así, es necesario tener este evento en cuenta como posible desencadenante.
- Problemas de absorción: la malabsorción de vitamina E es mucho más común que la opción anterior. Los trastornos hepáticos, los vesicales, la pancreatitis y la fibrosis quística pueden alterar la absorción de vitaminas y fomentar su carencia.
- Nacimiento prematuro: se recomienda que los bebés con poco peso o que nacen prematuramente reciban suplementos de vitamina E para promover su desarrollo durante los primeros 6 a 12 meses.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.