El término nutriente hace referencia a cualquier elemento o compuesto necesario para el metabolismo de un ser vivo. Estas sustancias están presentes en los alimentos que ingerimos día a día, y son cruciales para el desarrollo, el mantenimiento y el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Según la cantidad en la que deban ingerirse para mantener la salud se categorizan como macro o micronutrientes, pero todos ellos son esenciales para la homeostasis y el correcto desarrollo del ser humano.
Como efecto secundario de ciertas condiciones médicas, es posible que el intestino sea incapaz de absorber correctamente las sustancias y los metabolitos derivados de la digestión, dando lugar a un cuadro de malabsorción y un déficit capaz de generar efectos nocivos sobre distintos órganos y sistemas a largo plazo. En las siguientes líneas, te contamos cómo se relacionan las deficiencias nutricionales y la enfermedad celiaca. ¡No dejes de leer!
¿Qué es la enfermedad celiaca?
Empecemos sentando bases. La enfermedad celiaca es un trastorno digestivo y autoinmunitario de tipo crónico que se manifiesta tras la ingesta de alimentos con gluten y prolaminas relacionadas. El término gluten hace referencia a un conjunto de proteínas que se encuentran en la semilla de muchos cereales como son el trigo, la cebada y el centeno, y es responsable de la textura de algunos alimentos, aportando elasticidad y esponjosidad. La cerveza, el pan, la bollería, los pasteles, las tartas, las galletas y otros muchos alimentos son conocidos como ricos en gluten, pero existen multitud de ellos.
Este trastorno se manifiesta en la práctica totalidad de los casos solo en personas genéticamente predispuestas, portadoras de los haplotipos HLA-DQ2 y/o HLA-DQ8. El gluten, al ser ingerido, es descompuesto en péptidos, como la gliadina, que son desaminados por la enzima transglutaminasa tisular (tTG). Estos péptidos desaminados se presentan en el contexto del HLA-DQ2/DQ8 a linfocitos T CD4+ en la mucosa intestinal, iniciando una respuesta inmunitaria adaptativa. Esto provoca la liberación de citocinas proinflamatorias como el interferón gamma, que contribuyen al daño de las vellosidades intestinales.
Además, durante la manifestación de la enfermedad celiaca, se genera una respuesta inmunitaria humoral con producción de anticuerpos específicos (anti-tTG, anti-gliadina y anti-endomisio), junto con una activación del sistema inmunitario innato que exacerba el proceso inflamatorio. Este mecanismo inmunitario combinado es responsable de la atrofia vellosa y la disfunción intestinal característica de la enfermedad. En resumen: la ingesta de gluten hace que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada, dañando al propio cuerpo del paciente en el proceso.
Entre los síntomas iniciales tras la ingesta de gluten en personas celiacas, destacan los siguientes:
- Distensión abdominal.
- Gases.
- Diarrea crónica.
- Estreñimiento.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Excreción de heces blandas.
- Dolor de abdomen.
- Heces malolientes.
Tal y como indican fuentes profesionales, en España la prevalencia de esta enfermedad oscila entre 1/71 en la población infantil y 1/357 en la población adulta, aunque el 70 % de los pacientes afectados desconocen su estado por falta de diagnóstico claro o confusión con otro cuadro clínico. Cabe destacar que la incidencia de este trastorno se ha quintuplicado en los últimos 25 años, ya sea por una mejor protocolización en su detección o una mayor expansión real de la patología a lo largo de las generaciones.
Deficiencia nutricional y celiaquía
Las deficiencias nutricionales son carencias de minerales, vitaminas y micronutrientes en la dieta o debido a problemas de absorción o metabolismo. Si no se trata y se acompaña de otros parámetros alterados (como déficit calórico y desequilibrio energético), una deficiencia nutricional puede evolucionar a un estado de desnutrición, el cual se caracteriza por fatiga, pérdida de peso, mareo y retraso del crecimiento en niños, entre otras cosas.
Múltiples eventos y situaciones pueden provocar una deficiencia, ya sea de uno o múltiples nutrientes. La dieta inadecuada o desequilibrada, la presencia de trastornos alimenticios (TCAs), el aumento repentino de requerimientos nutricionales o la anemia son algunos de ellos. De todas formas, también hay que citar a la malabsorción intestinal como una de las principales culpables.
Tal y como hemos dicho en líneas previas, la ingesta de gluten en personas celiacas hace que se produzca una respuesta inmunitaria con el consiguiente daño de las vellosidades intestinales a largo plazo. La atrofia de estas vellosidades impide la correcta absorción de vitaminas, minerales y otros nutrientes hacia el torrente sanguíneo, lo cual puede derivar en la deficiencia de uno o más elementos.
Tal y como indica la revista científica Nature, las concentraciones sanguíneas reducidas de seis micronutrientes (hierro, folato, vitamina B-12, vitamina D, zinc y magnesio) son muy comunes en la enfermedad celiaca. Vamos más allá, pues casi todos los pacientes celiacos (hasta el 87 %) tienen al menos un valor nutricional por debajo del límite inferior de referencia.
Más allá de la sintomatología derivada de la propia enfermedad celiaca en personas que ingieren alimentos con gluten, la deficiencia nutricional también puede generar ciertos signos a lo largo del tiempo. Destacamos los siguientes:
- Fatiga.
- Falta de aire.
- Mareos.
- Aparición de úlceras bucales.
- Sangrado de encías.
- Depresión, ansiedad y otros estados psicológicos alterados.
- Irritabilidad.
- Falta de concentración.
- Entumecimiento u hormigueo en manos, brazos y pies.
- Debilidad muscular.
- Caída de pelo.
El daño intestinal causado por la enfermedad celíaca es reversible si se sigue una dieta estricta sin gluten, lo que permite que las vellosidades intestinales se regeneren y que la absorción de nutrientes mejore con el tiempo. Esto significa que, con la correcta intervención, prácticamente toda deficiencia nutricional derivada de la enfermedad celiaca puede solventarse. Sin embargo, durante el proceso de recuperación, puede ser necesario suplementar los nutrientes deficientes. La asistencia nutricional es esencial para mejorar el pronóstico lo máximo posible.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.