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10 infecciones gastrointestinales comunes

Los síntomas de origen digestivo son muy comunes en la población general. Independientemente de la causa, el dolor abdominal, la diarrea, la sensación de hinchazón, el malestar generalizado y otros muchos signos están a la orden del día. En un mundo cada vez más globalizado y estresante, el aparato digestivo y sus patologías parecen ocupar cada vez más el centro de mira desde un prisma médico. Tal y como indican fuentes profesionales, hasta el 40 % de la población global tiene un problema digestivo funcional, como síndrome de intestino irritable (SII), dispepsia o reflujo gastroesofágico, entre otros trastornos.

Más allá de problemas funcionales, existen muchísimos microorganismos patógenos capaces de instaurarse en el epitelio intestinal, generando síntomas como diarrea, vómitos, disminución de peso y mucho más. En las siguientes líneas, te mostramos 10 de las infecciones gastrointestinales más comunes en todo el mundo y sus características principales.

1. Infección por Helicobacter pylori

Helicobacter pylori es una bacteria gram negativa con forma de bacilo helicoidal capaz de instaurarse y proliferar en la capa mucosa que reviste el interior del estómago del ser humano. Aunque en muchos casos esta infección es asintomática (hasta en 7 de cada 10 pacientes), en otras personas se puede producir una inflamación aguda o crónica del epitelio digestivo, lo que facilita la formación de úlceras e incluso cáncer gástrico. De todas formas, cabe destacar que solo 1-3 de cada 100 infecciones no tratadas derivan en un cáncer.

Durante mucho tiempo, la infección por Helicobacter pylori se consideró la infección más prevalente en todo el mundo. En 1995 se calculaba que al menos el 50 % de la población estaba infectada, si bien las cifras epidemiológicas han disminuido a lo largo de las décadas por un mejor saneamiento de alimentos/bebidas y otras medidas. Aun así, este cuadro sigue siendo de gran importancia a la hora de explicar patologías gástricas muy comunes.

2. Infección por Norovirus

Norovirus es un género de virus ARN pertenecientes a la familia Caliciviridae. Este grupo vírico es la causa global más común de la gastroenteritis aguda y provoca unos 685 millones de casos al año. Del total, aproximadamente unos 200 millones de cuadros ocurren en niños menores de 5 años, un grupo poblacional especialmente susceptible. Sobre todo en regiones de bajo ingreso, este agente infeccioso es responsable de más de 50 000 muertes infantiles.

La infección por Norovirus suele cursar con síntomas como diarrea líquida, náuseas, vómitos, calambres abdominales, febrícula, sensación de indisposición general y dolores musculares. Estos signos aparecen unas 12-48 horas después de exponerse al virus y no duran más de 3 días. No hay un tratamiento específico para esta infección y el sistema inmunitario se encarga de combatirla por sí solo, pero se puede requerir asistencia de urgencia si el paciente está en riesgo de deshidratación por pérdida de líquidos.

3. Infección por Rotavirus

Tal y como indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infección por el género vírico Rotavirus es la causa más prevalente de deshidratación severa por diarrea en niños menores de 5 años. Se le atribuyen más de 25 millones de visitas a centros médicos y más de 2 millones de ingresos anuales, cifras para nada desdeñables.

A diferencia del caso anterior, los síntomas tardan de media 2 días en aparecer tras la exposición y duran de 3 a 8 días. Estos son similares a los de la mayoría de infecciones gastrointestinales comunes (vómitos, diarrea, etc), pero hay que tener especial cuidado con el riesgo de deshidratación en infantes. La diarrea líquida grave es una amenaza muy a tener en cuenta en este cuadro infeccioso.

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4. Salmonelosis

La salmonelosis es una de las infecciones gastrointestinales más conocidas en la población general. Causada por bacterias del género Salmonella, este cuadro infeccioso es el segundo agente causal más común de infección gastrointestinal en regiones de alto ingreso como Estados Unidos. Además, es responsable de brotes epidemiológicos famosos reportados en medios de comunicación. Tal y como indican estudios, se atribuyen a este patógeno más de 90 millones de casos anuales y más de 150 000 muertes en todo el mundo.

La infección por salmonela o salmonelosis cursa con síntomas como diarrea, cólicos estomacales, vómitos, dolor de cabeza, náuseas y, en casos más severos, aparición de sangre en las heces. La mayoría de los pacientes sanos sin enfermedades previas se recuperan de esta infección en cuestión de días por sí solos, pero se puede recomendar el consumo de antibióticos si el médico sospecha que la bacteria ha ingresado en el torrente sanguíneo y/o la infección es grave.

5. Campilobacteriosis

La campilobacteriosis es una enfermedad gastrointestinal provocada por bacterias del género Campylobacter. Este grupo bacteriano es una de las causas más frecuentes de gastroenteritis en regiones de alto ingreso, siendo responsable de un 5 a un 14 % de los cuadros totales. La inmensa mayoría de los casos son causados por la especie Campylobacter jejuni, muy adaptada a al cuerpo de las aves, las cuales se consideran unas de sus portadoras principales.

La infección por Campylobacter suele causar diarrea a menudo sanguinolenta, dolor abdominal, fiebre alta, náuseas y vómitos. Se pueden usar antibióticos en personas susceptibles, en los casos más graves o con el fin de acortar la fase de contagio, pero en general es una infección que se puede combatir por sí sola con reposo y la hidratación adecuada.

6. Shigellosis

Shigella es un género de bacterias con forma de bacilo que pertenecen a la familia Enterobacteriaceae. Este grupo de patógenos se consideran altamente contagiosos e ingerir de forma accidental pequeñas cantidades de bacterias en los alimentos es suficiente para que se produzca el cuadro sintomático. La shigellosis es mucho más común en regiones de bajo ingreso y causa del 10 al 20 % de las enfermedades entéricas en ellas. Tal y como indican estudios, es responsable de hasta el 50 % de las disenterías o diarreas sanguinolentas en niños pequeños.

Como se ha citado en líneas previas, el signo clínico principal de esta infección es la diarrea con sangre o mucosidad. También puede cursar con dolor de estómago, fiebre, náuseas y vómitos. Estos aparecen 1-2 días después de la ingesta de la bacteria y suelen durar de 5 a 7 días, aunque a veces se extienden por más tiempo.

7. Infección por E. Coli

No se puede hablar de infecciones gastrointestinales comunes sin nombrar la infección por E. coli. Escherichia coli es un microorganismo del grupo de las enterobacterias que forma parte de la microbiota intestinal del ser humano, es decir, se encuentra entre los microbios que habitan como comensales o simbiontes en nuestro aparato digestivo sin necesidad de causar daños. La mayoría de variedades de E. coli son inofensivas, pero algunas han adquirido elementos genéticos o mutaciones que funcionan como factores de virulencia.

En este grupo, es de especial interés la infección por Escherichia coli O157:H7, la cual es capaz de causar diarrea con sangre, vómitos y cólicos abdominales intensos. Por desgracia, no hay tratamientos que alivien los síntomas, curen la infección o prevengan la aparición de complicaciones. En la mayoría de los casos, se recomienda reposo y reposición de líquidos para evitar la deshidratación. Los cuadros más graves requieren hospitalización.

8. Amebiasis

Ya hemos cubierto el grupo de los virus y el de las bacterias, pero es necesario destacar que muchas de las infecciones intestinales comunes se producen por otros microorganismos patógenos muy diferentes. Es el caso de la amebiasis, provocada por Entamoeba histolytica, un protozoo con forma ameboide que adopta distintas morfologías según su fase del ciclo vital. Ocurren más de 50 millones de infecciones nuevas por año y 70 000 muertes derivadas de este cuadro infeccioso.

La mayoría de las personas con amebiasis son asintomáticas. De aparecer, los signos clínicos suelen mostrarse a los 7-28 días después de entrar en contacto con el patógeno y comprenden cólicos abdominales, diarrea (mucosa, pero en general no sanguinolenta), fatiga, flatulencias excesivas, tenesmo y más. El abordaje clínico depende de la complejidad del cuadro, pero esta infección se suele tratar con antibióticos.

9. Ascariasis

Esta infección gastrointestinal se considera una parasitosis, pues es provocada por seres vivos más “complejos” que no están dentro del grupo de las bacterias o virus, pero tampoco en el de los protozoos. Está causada por Ascaris lumbricoides, un nemátodo que se instaura en el intestino delgado del ser humano durante 1-2 años e incluso más si no se trata. Sus huevos son muy resistentes a temperaturas extremas y ambientes secos, por lo que en regiones poco saneadas con cultivos y falta de depuración es una infección muy común.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que más de 800 millones de personas están infectadas con Ascaris en todo el mundo. La mayoría de ellas son asintomáticas, aunque en pacientes especialmente susceptibles, con cargas parasíticas muy altas o niños se puede experimentar anorexia, dolor abdominal y otras complicaciones asociadas. Se suele tratar con albendazol, un antiparasitario muy eficaz.

10. Giardiasis

La giardiasis es una infección intestinal provocada por un microorganismo parásito, Giardia lamblia. Este protozoo flagelado es capaz de invadir el organismo de varios mamíferos, incluido el ser humano. Vive en el intestino delgado y genera síntomas como diarrea líquida con olor desagradable, fatiga, hinchazón, cólicos estomacales, pérdida de peso y náuseas.

Esta infección se trata con medicamentos como tinidazol, metronidazol o nitazoxanida. El régimen farmacológico puede variar según el caso, con especial atención en las mujeres embarazadas.

Infección por Helicobacter pylori.

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