La infección por Helicobacter pylori es uno de los cuadros infecciosos más comunes y conocidos en todo el planeta. Esta bacteria, un tipo de bacilo gramnegativo helicoidal, destaca sobre otros microorganismos por su capacidad para colonizar la mucosa gástrica humana. Con su flagelo y su forma espiral, H. pylori es capaz de taladrar lentamente las capas mucosas del estómago, para después adherirse a ciertos cuerpos celulares y producir ureasa, desencadenando una reacción que le permite neutralizar parcialmente la acidez estomacal. Mediante estos mecanismos, esta bacteria es capaz de sobrevivir en un entorno tan inhóspito como el estómago.
Tal y como indican fuentes médicas, hasta el 75 % de la población mundial podría estar infectada por H.pylori. Aunque 7 de cada 10 cuadros sean de naturaleza asintomática, esta infección crónica se asocia a diversas complicaciones, como la aparición de úlceras gástricas o el desarrollo de cáncer de estómago. En el siguiente listado, te mostramos 7 síntomas de la infección por Helicobacter pylori. En la detección temprana se encuentra la clave de un tratamiento efectivo.
1. Ardor de estómago
Como hemos dicho en líneas previas, H. pylori coloniza el revestimiento mucoso del estómago, donde causa una respuesta inflamatoria crónica. Esta inflamación afecta la producción de ácido gástrico, lo que puede irritar el revestimiento del esófago y provocar una sensación de ardor o acidez.
Además, la infección por H. pylori en sí misma puede alterar los mecanismos que regulan la producción de ácido en el estómago, lo cual desemboca en una hipersecreción o hiposecreción de ácido. En algunos casos, la bacteria estimula la producción de más ácido gástrico (hipersecreción), lo que puede causar irritación en el esófago y provocar reflujo ácido o ardor de estómago. En otros escenarios, especialmente si la infección ha sido prolongada, esta bacteria es capaz de reducir la cantidad de ácido producido (hiposecreción), lo que también interfiere con la digestión adecuada y desencadena síntomas similares a la acidez o el ardor.
2. Dolor de estómago que empeora cuando está vacío
Este punto está estrechamente vinculado con el anterior. En los escenarios en los que la infección se asocia con una hipersecreción de ácido, el estómago puede producir un exceso de ácido en diversos momentos del día, incluso cuando no hay comida que digerir. Esto puede irritar el revestimiento estomacal ya inflamado por la propia infección, lo que se traduce en un dolor de estómago que empeora de forma clara cuando no se ha comido en un tiempo.
En este contexto, comer puede aliviar temporalmente el dolor porque los alimentos neutralizan el ácido gástrico o, al menos, lo diluyen, reduciendo la irritación del entorno. Sin embargo, una vez que el estómago se vacía de nuevo, el malestar puede reaparecer.
3. Pérdida de apetito
La grelina es un péptido de 28 aminoácidos que estimula el apetito y se secreta principalmente en el estómago. Diversas investigaciones han demostrado que la infección por H. pylori provoca una marcada reducción de la grelina gástrica y plasmática, desregulando así la homeostasis nutricional. Estos mecanismos bioquímicos, además del propio malestar generado de la inflamación gástrica, podrían explicar por qué muchos pacientes infectados tienen menos apetito durante el curso crónico de la infección.
4. Náuseas
Como consecuencia de la inflamación del estómago y/o el esófago, las náuseas representan unos de los síntomas principales de la infección por Helicobacter pylori. En este punto, también es importante destacar que este cuadro infeccioso prolongado puede asociarse a la aparición de úlceras pépticas, que son llagas abiertas o áreas en carne viva en el revestimiento del estómago o el intestino. Tal y como indican fuentes científicas, hasta el 80 % de las personas con úlceras estomacales están infectadas por H. pylori.
Más allá de los mecanismos infecciosos del microorganismo, las úlceras pépticas pueden causar náuseas debido a varios factores relacionados con la inflamación, el daño tisular y los cambios en la motilidad digestiva asociados a su aparición. El potencial retardo en el vaciado gástrico, el reflujo y la respuesta inflamatoria pueden ser parcialmente responsables de la sensación de náuseas.
5. Eructos demasiado asiduos
La infección por H. pylori provoca una inflamación crónica en el revestimiento del estómago que interfiere con la digestión normal de los alimentos. Esto puede provocar un aumento de la producción de gases en el entorno estomacal como subproducto de la digestión incompleta. Los gases se liberan a través de los eructos como una forma de aliviar la presión en el estómago, de ahí que este síntoma sea uno de los más evidentes de infección.
6. Pérdida de peso involuntaria
Como se ha comentado en líneas previas, la infección por H. pylori puede provocar una desregulación en los niveles de grelina plasmática, una hormona gástrica clave en la regulación del apetito y la homeostasis nutricional. Al estar disminuida, es posible que los pacientes con infecciones prolongadas pierdan el apetito y tengan menos urgencia ante la ingesta de alimentos, lo que se puede traducir en una pérdida de peso involuntaria. El resto de mecanismos, como la inflamación, la hinchazón o el dolor de estómago, también juegan un claro papel en la pérdida de peso.
7. Presencia de sangre en las heces
Como último de los síntomas de infección por Helicobacter pylori, es necesario destacar la presencia de sangre en las heces. Este signo clínico es una señal de complicación que requiere atención médica inmediata. Cuando las deposiciones son de tono más oscuro de lo normal en personas infectadas, puede ser señal de que se está produciendo un sangrado en el estómago derivado de una úlcera péptica, y la sangre se digiere parcialmente (de ahí su tono negruzco y no rojizo).
Aunque las probabilidades de que la infección se traduzca en un cáncer gástrico no superan el 1 % de los casos, hay que tener en cuenta que el sangrado gástrico también puede ser señal de un cáncer de estómago derivado de los daños causados por H. pylori. Ante la sospecha de sangre en las heces, se requiere una evaluación médica inmediata, pues el sangrado gástrico requiere tratamiento en todos los casos.
Estos son 7 síntomas asociados a la infección por H. pylori, pero este cuadro puede manifestarse de otras formas. Ante cualquier duda, ponte en contacto con tu profesional digestivo de confianza.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.