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Estrés oxidativo: causas, síntomas y tratamiento

Todas y cada una de las células vivas de nuestro cuerpo realizan una serie de funciones de gran importancia para el mantenimiento fisiológico y metabólico de la intrincada maquinaria que es el organismo humano. El metabolismo del oxígeno a nivel celular es una de estas reacciones clave, pues gracias a esta ruta las células utilizan el oxígeno para llevar a cabo la producción de energía y otros procesos metabólicos esenciales para su funcionamiento.

Como la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma, se crean subproductos a partir de las diversas reacciones metabólicas que tienen lugar en nuestro cuerpo. En las siguientes líneas, te contamos qué es el estrés oxidativo, el porqué de su importancia y las distintas enfermedades con las que se relaciona. ¡No dejes de leer!

¿Qué es el estrés oxidativo?

Antes de entrar en materia compleja, es necesario establecer ciertas bases. Las especies reactivas de oxígeno, abreviadas como ROS, son moléculas muy pequeñas y altamente reactivas que tienen una capa de electrones de valencia no apareada. Se producen como subproductos del metabolismo celular en organismos aeróbicos, incluyendo humanos, y están presentes en distintos cuerpos celulares (mitocondrias, retículo endoplasmático, citosol y más). Las ROS engloban iones de oxígeno, radicales libres y peróxidos, tanto inorgánicos como orgánicos.

Este “desequilibrio” electrónico hace que las especies reactivas de oxígeno reaccionen fácilmente con otras moléculas de la célula. Aunque en su cantidad adecuada las ROS son esenciales para realizar algunos procesos celulares, su acumulación celular se ha asociado a diversos efectos dañinos:

  • Daño en el ADN, favoreciendo mutaciones que pueden dar lugar a enfermedades, como el cáncer.
  • Oxidación de lípidos, lo cual se asocia a daños en la estructura de las membranas y disfunción celular.
  • Daño a las proteínas, lo cual puede interferir con la actividad enzimática y la función celular.

Por suerte, las especies reactivas de oxígeno pueden ser neutralizadas por una variedad de moléculas antioxidantes que actúan como sistemas de defensa celular. Las enzimas antioxidantes, las moléculas antioxidantes no enzimáticas (vitamina C, vitamina E, glutatión y más), los metales quelantes y las moléculas reductoras son solo algunos ejemplos.

Con toda esta información, podemos decir que el estrés oxidativo es una afección que se presenta cuando hay demasiadas especies reactivas de oxígeno en el cuerpo y no hay suficientes antioxidantes para eliminarlas. Tal y como indican estudios, este cuadro se produce cuando la concentración de ROS en células y tejidos supera la capacidad del propio sistema biológico para desintoxicar estos productos reactivos.

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Síntomas y efectos del estrés oxidativo

El estrés oxidativo prolongado se ha asociado a diversos signos y síntomas, como dolor muscular, problemas de memoria, fatiga, cansancio y mucho más. De todas formas, es de mayor interés conocer qué enfermedades están vinculadas con esta alteración. Destacamos algunas de las más notables en el siguiente listado:

  • Cáncer: como hemos dicho en líneas previas, la presencia excesiva de especies reactivas de oxígeno en la célula puede causar daño en el ADN, lo que favorece la aparición de mutaciones, cambios en la transcripción, problemas en la división y otros mecanismos que se asocian al cáncer. Normalmente, las células cancerosas exhiben niveles basales más altos de ROS en comparación con las células normales como resultado de un desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes, tal y como indican estudios.
  • Enfermedades cardiovasculares: el estrés oxidativo promueve la aparición de placas en las arterias, evento conocido como aterosclerosis. Esto, a su vez, se ha vinculado a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV), infarto y más.
  • Enfermedades renales: este evento también se asocia a la formación de cicatrices en el tejido renal, lo que favorece el fallo renal.
  • Problemas neurológicos: como enfermedad de Alzheimer, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple y daño neuronal (demencia y otros problemas).
  • Envejecimiento prematuro, desde arrugas, piel opaca y cabello frágil, hasta un deterioro cognitivo acelerado.
  • Otros problemas de salud: artritis, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), inflamación crónica y mucho más.

Es importante destacar que el estrés oxidativo puede estar asociado con una amplia gama de enfermedades y trastornos, y los síntomas específicos varían según la persona y la condición médica subyacente. Además, muchos de los signos clínicos asociados son inespecíficos y pueden superponerse con los de otras condiciones, por lo que se recomienda acudir al médico ante cualquiera de ellos.

Causas que provocan el estrés oxidativo

El estrés oxidativo presenta diversos factores de riesgo, como:

  1. Polución y contaminación ambiental.
  2. Fumar y cualquier otro tipo de consumo de tabaco.
  3. Exposición descontrolada al sol.
  4. Alcoholismo o consumo excesivo de alcohol.
  5. Estrés prolongado en el tiempo.
  6. Exposición a fuentes de radiación.
  7. Consumo descontrolado de ciertos fármacos.
  8. Obesidad.
  9. Consumo de alimentos ultraprocesados.

Además, se ha observado que los niveles de especies reactivas de oxígeno en células y el estrés oxidativo tienden a aumentar con la edad. Esto se debe a una disminución de la eficacia de los sistemas antioxidantes, la acumulación de daño oxidativo con el paso del tiempo, los cambios en el metabolismo y la función celular asociados a la edad, y más.

Diagnóstico

El diagnóstico directo del estrés oxidativo en humanos puede ser difícil, debido a la falta de un marcador específico y estandarizado para su medición. Sin embargo, hay varios biomarcadores indirectos que pueden utilizarse para evaluar el estado del usuario en este frente.

La medición de especies reactivas de oxígeno (ROS), como los radicales libres en las células a partir de una muestra de sangre, es un método novedoso que puede ser de gran utilidad para el diagnóstico de esta afección. La medición de las actividades de enzimas antioxidantes clave, como la superóxido dismutasa (SOD), la catalasa y la glutatión peroxidasa, es una buena opción para evaluar la capacidad del cuerpo para eliminar los radicales libres.

Existen otros estudios que podrían llegar a dilucidar este estado fisiológico alterado, como la evaluación de los niveles de antioxidantes no enzimáticos, las pruebas de estrés oxidativo inducido y la evaluación de marcadores de inflamación. La metodología a elegir depende de muchos factores, como el estado de salud del individuo, el laboratorio de análisis y más.

¿Cómo tratar y prevenir el estrés oxidativo?

Es prácticamente imposible evitar la exposición a especies reactivas de oxígeno, pues forman parte del metabolismo normal de las células. Más que obsesionarse con la polución ambiental, el sol y otros factores (aunque deben ser tenidos en cuenta), lo más adecuado es consumir alimentos ricos en antioxidantes para obtener una fuente natural de detoxificación de radicales libres y otros compuestos asociados.

Por ejemplo, comer 5 porciones al día de una variedad de frutas y verduras es una forma de proporcionarle al cuerpo lo que necesita para producir antioxidantes. Entre las frutas y verduras recomendadas, se incluyen:

  • Cerezas.
  • Frutas cítricas (como naranjas, mandarinas y limones).
  • Ciruelas pasas.
  • Verduras de hojas verdes oscuras, como las acelgas.
  • Brócoli.
  • Zanahoria.
  • Tomate.

Más allá de frutas y verduras, los frutos secos, como almendras, nueces y pistachos, son excelentes fuentes de antioxidantes, incluyendo vitamina E y selenio. Estos nutrientes pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo y promover la salud cardiovascular. Las semillas, como las semillas de chía, de lino, de calabaza y de girasol, también contienen una variedad de compuestos beneficiosos, como vitamina E, selenio y otros antioxidantes.

El ajo, el jengibre, la cúrcuma, el orégano, la canela y el clavo son especias de uso habitual que contienen compuestos antioxidantes que pueden ayudar a combatir el estrés oxidativo y promover la salud en general. El cacao puro o el chocolate negro con alto contenido de cacao también debe citarse en este frente.

El té verde es otra fantástica fuente de antioxidantes, pues contiene catequinas y polifenoles, entre otros compuestos beneficiosos. Los granos enteros, como la quinoa, el arroz integral, la cebada y la avena, contienen diversos antioxidantes como vitamina E, selenio y polifenoles. Incluir estos alimentos en la dieta puede ayudar a aumentar la ingesta de antioxidantes y promover la salud en general. Ante cualquier duda, te recomendamos ponerte en manos de tu nutricionista de confianza.

El estrés oxidativo es un estado alterado que requiere atención médica, pues su aparición se ha asociado a diversas enfermedades y trastornos a largo plazo. De todas formas, los síntomas que genera son inespecíficos y amplios, por lo que ante cualquier duda lo adecuado es acudir al médico y realizarse las pruebas que indique.

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