El fósforo es un componente esencial de los organismos vivos y el segundo mineral más abundante en el cuerpo humano, pues está presente en todas nuestras células. Su principal función es la formación de huesos y dientes, aunque realiza otras muchas labores. Interviene en el funcionamiento renal, ayuda en la contracción muscular, mantiene las palpitaciones normales y permite la transmisión de señales nerviosas. En última instancia, también participa en la formación y el almacenamiento de energía corporal.
El fósforo se encuentra en muchos alimentos. Algunos de los más ricos en este mineral son los productos lácteos, el pan, el arroz integral, las carnes, los frutos secos y las legumbres. La ingesta recomendada depende de la edad y otros muchos factores. Un bebé hasta los 6 meses de edad no necesita más de 100 miligramos diarios, mientras que los adultos requieren unos 700 miligramos al día.
¿Para qué sirve la prueba del fósforo en la sangre?
Este análisis tiene como finalidad cuantificar la cantidad de fósforo presente en el torrente sanguíneo. Permite detectar los siguientes cuadros clínicos:
- Hiperfosfatemia: es una concentración del mineral por encima de lo normal en sangre. Lo más habitual es que curse de forma asintomática en sus primeras etapas.
- Hipofosfatemia: es un nivel de fósforo en sangre por debajo de lo normal. Cursa con síntomas como dolor óseo, confusión, debilidad muscular y convulsiones.
Las enfermedades del riñón, las patologías hepáticas y ciertos trastornos óseos pueden causar resultados anormales en los niveles de fósforo en sangre. Cabe destacar que los resultados deben ser interpretados por un profesional en la salud para evitar confusiones.
Los resultados normales en adultos oscilan entre 2,8 y 4,5 miligramos por decilitro de sangre (mg/dl). En niños, los valores son algo superiores y van de 4,0 a 7,0 mg/dl.
¿Qué significan tener el fósforo alto?
La hiperfosfatemia puede tener muchas causas, entre las que se encuentran las siguientes:
- Insuficiencia renal grave: si los riñones no funcionan como deben, son incapaces de eliminar el exceso de fósforo del organismo. Ciertos trastornos autoinmunitarios, defectos del riñón, infecciones y cálculos renales pueden provocar este evento, entre otros muchos cuadros.
- Hipoparatiroidismo: esta afección poco común cursa con una producción excesivamente baja de hormona paratiroidea. Puede desembocar en una hiperfosfatemia.
- Enfermedad hepática: diversas patologías y hábitos (como el consumo excesivo de alcohol) pueden desembocar en una cirrosis del hígado y disminución de su funcionalidad.
- Cetoacidosis diabética: es una afección potencialmente mortal que afecta a las personas con diabetes. Tiene lugar cuando el cuerpo no produce suficiente insulina.
- Otras causas: el consumo excesivo de suplementos de fósforo o el uso de ciertos medicamentos también pueden causar hiperfosfatemia.
¿Qué significa tener el fósforo bajo?
La hipofosfatemia se puede explicar por los siguientes cuadros:
- Alcoholismo: el alcoholismo se asocia a la deficiencia de fósforo en sangre.
- Hipercalcemia: este cuadro se caracteriza por una concentración demasiado alta de calcio en el torrente sanguíneo.
- Hiperparatiroidismo: en este caso, las glándulas segregan una mayor cantidad de hormona paratiroidea de la que deberían.
- Otras causas: la ingesta baja de fósforo en la dieta, la desnutrición grave y el déficit de vitamina D también pueden ser inductores de la hipofosfatemia.
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Redactor de contenidos y divulgador científico en grupo VIVO.
Redactor científico con más de 3 años de experiencia en divulgación en diversos portales web. Graduado en biología, con máster en zoología y especializado en biología sanitaria.