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Lactoferrina

Se estima que hasta 4 de cada 10 adultos padecen una enfermedad gastrointestinal. El ardor de estómago, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el síndrome del intestino irritable (SII), la colitis ulcerosa y otras muchas condiciones pueden afectar a la relación del ser humano con la ingesta alimentaria. Vamos más allá, pues las patologías del aparato digestivo representan el 25 % de las intervenciones quirúrgicas a nivel global.

Existen diversos marcadores que permiten encaminar el diagnóstico de las enfermedades digestivas más comunes. La calprotectina, la zonulina y la anti-tripsina son ejemplos de ello. En las siguientes líneas, te enseñamos qué es la lactoferrina y sus implicaciones clínicas en el terreno gastrointestinal.

¿Qué es la lactoferrina?

La lactoferrina es una proteína multifuncional del grupo de las transferrinas, las cuales se unen al hierro y median su transporte a través del plasma sanguíneo. Se encuentra en la leche, el moco, las lágrimas, la bilis y algunos glóbulos blancos. En los seres humanos, se sintetiza tanto en las glándulas mamarias como en las glándulas lagrimales, bronquiales y salivales.

Esta proteína forma parte del componente innato del sistema inmunitario. Algunas de sus funciones principales son las siguientes:

  • Tiene actividad enzimática. Esta proteína es capaz de hidrolizar (“romper”) el ARN. Entre otras cosas, esto puede ayudar a inhibir la transcripción de ciertos retrovirus y otros agentes patógenos.
  • Es un componente importante para la regulación del metabolismo del hierro, sin dañar al sistema gástrico.
  • Tiene actividad antibacteriana, pues “secuestra” el hierro del entorno, un relevante sustrato para el crecimiento de muchas bacterias nocivas. También puede ayudar a romper la membrana celular de agentes patógenos.
  • Ayuda al crecimiento de las bacterias beneficiosas presentes en el intestino (la microbiota intestinal).
  • Tiene otras actividades protectoras, como antivirales y antifúngicas.

La lactoferrina es una proteína de gran interés a nivel médico, pues se están estudiando sus capacidades protectoras frente al cáncer en modelos experimentales. De todas formas, en las siguientes líneas nos vamos a centrar en su uso en lo que al ámbito gastrointestinal se refiere.

¿Para qué se utiliza la prueba de lactoferrina en heces?

Tal y como indican estudios, la lactoferrina se encuentra dentro de los neutrófilos, unas de las primeras células inmunitarias que reaccionan cuando entran al cuerpo microorganismos dañinos, como bacterias o virus. La cantidad de lactoferrina liberada por los neutrófilos se ha correlacionado positivamente con la severidad de una posible inflamación en el tracto gastrointestinal. Por esta razón, detectar una concentración demasiado elevada de lactoferrina fecal puede iniciar el diagnóstico de ciertas enfermedades inflamatorias digestivas.

Además, es necesario destacar que esta proteína permanece estable en las heces durante varios días a temperatura ambiente, mucho más si la muestra es refrigerada en el tiempo previo a su análisis. Todo esto hace de la lactoferrina un marcador bioquímico excelente para el apoyo en la detección de infecciones intestinales o enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Diversos trastornos implican la inflamación del tejido intestinal, pero dentro del grupo los más conocidos son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

¿Para quién está indicada esta prueba?

Se puede recomendar realizar este análisis a personas con síntomas compatibles con una infección intestinal o enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Entre los signos clínicos más comunes, destacamos los siguientes:

  • Diarrea crónica
  • Dolor abdominal
  • Presencia de sangre en las heces
  • Pérdida de peso involuntaria
  • Apetito reducido
  • Fatiga
  • Cólicos y calambres abdominales

De todas formas, cabe destacar que la sintomatología varía mucho según el área afectada. La enfermedad de Crohn abarca prácticamente cualquier parte del sistema digestivo, mientras que la colitis ulcerosa se circunscribe al intestino grueso. A veces, este grupo de condiciones también pueden afectar a otras partes del cuerpo y generar más signos clínicos (ojos, boca, articulaciones, hígado, vesícula biliar y más).

¿Qué significan los resultados de esta prueba?

En general, se considera que una concentración de lactoferrina en heces menor de 7,25 microgramos (μg) por gramo indica la ausencia de inflamación intestinal. En caso de personas con síntomas gastrointestinales, este valor puede servir para comenzar a descartar la enfermedad inflamatoria intestinal y atribuirle al cuadro una naturaleza funcional, como por ejemplo, el síndrome del intestino irritable (SII). Recordamos que en el caso del SII el intestino es aparentemente “normal” y no hay inflamación.

En caso de que los valores estén por encima del límite establecido, se requieren otras pruebas accesorias para encontrar la causa de la posible inflamación por sí sola. La lactoferrina fecal no establece un diagnóstico definitivo, pero sí ayuda a encaminar el camino y la toma de muestra necesaria para llevarla a cabo no es invasiva.

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