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Las 7 enfermedades más comunes en primavera

La primavera llega, y con ella, el buen tiempo, los planes al exterior, las flores, la vegetación, los insectos y las crías de muchos animales. Aunque esta época es muy bonita a nivel estético y tiene una clara connotación de vida, existen ciertas patologías que pueden complicar el día a día de las personas susceptibles durante los meses entre marzo y junio. Los ojos llorosos, las narices tapadas, los estornudos y las urticarias se vuelven más que comunes en esta estación.

En las siguientes líneas, exploramos las 7 enfermedades más comunes en primavera y cómo detectarlas a tiempo. Conocerlas es el primer paso para asociar los síntomas a un estado de salud alterado y ponerse en manos de un profesional médico antes de que el cuadro se complique. ¡No te lo pierdas!

1. Alergia al polen

Sin duda, la alergia al polen es la condición que más se asocia a la época primaveral. También conocido como polinosis o rinitis alérgica, este cuadro surge cuando el sistema inmunitario reconoce como nocivos ciertos elementos presentes en el polen de algunas plantas y produce anticuerpos para combatirlos. Según estudios, los alérgenos más comunes presentes en vegetales pertenecen a los grupos de las expansinas, profilinas y proteínas fijadoras de calcio.

La prevalencia de la alergia al polen en la población europea se estima en un 40 %. Este cuadro cursa con síntomas como congestión nasal, secreciones nasales, estornudos, lagrimeos, tos seca, sibilancias, dificultad respiratoria y mucho más. Los corticoides de administración tópica (intranasal) se consideran los abordajes más eficaces para los signos clínicos respiratorios. Los antihistamínicos orales también son de gran utilidad, pero en todos los casos el mejor abordaje es evitar al alérgeno en cuestión.

2. Asma

El asma es un cuadro causado por la hinchazón e inflamación de las vías respiratorias. Se trata de una enfermedad crónica e incurable, pero que se puede controlar con fármacos y cambios conductuales. Entre los signos y síntomas más comunes de esta condición, destacan la falta de aire, el dolor u opresión en el pecho, las sibilancias al respirar, los problemas para dormir y la tos, exacerbada por ciertos cuadros clínicos.

No está clara cuál es la causa del asma, pero parece que tanto la genética como el ambiente juegan un papel importante en su desarrollo. De todas formas, ciertas sustancias pueden desencadenar los síntomas o ataques de asma, y entre ellas destacan el polen, los ácaros del polvo, las infecciones respiratorias, la actividad física y los químicos en suspensión. Por esta razón, el florecer de las plantas y la alergia al polen están muy relacionados con el aumento de síntomas asmáticos en primavera.

3. Conjuntivitis alérgica

La conjuntivitis alérgica ocurre cuando la conjuntiva ocular, una membrana casi transparente que recubre la parte blanca del ojo y los párpados, se hincha e inflama como productos de una reacción adversa frente a un alérgeno, como puede ser el polen o los ácaros. Esto se traduce en síntomas como enrojecimiento, picazón y lagrimeo de aparición rápida. Según estudios, hasta el 70 % de los pacientes con rinitis alérgica también presentan síntomas de conjuntivitis.

Los síntomas de esta condición suelen empeorar cuando aumentan los niveles de polen en el aire, algo que ocurre sobre todo en los días calurosos, secos y con viento. El mejor tratamiento es evitar el desencadenante de la conjuntivitis en la medida de lo posible, pero también se puede paliar con gotas lubricantes, aplicación de compresas frías y gotas oftálmicas antihistamínicas.

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4. Reacciones alérgicas a las picaduras de insecto

Con la primavera llegan los insectos, muchos de ellos voladores y con aguijones capaces de inyectar toxinas. La picadura de avispa, por ejemplo, cursa por sí sola con una reacción local natural y esperada, en forma de enrojecimiento en el lugar del picotazo, dolor y calor al tacto. También es común que se produzca escozor y prurito, aunque el pico de la sintomatología debería desaparecer a las pocas horas del encontronazo. El área inflamada tampoco debe superar los 5-10 centímetros de diámetro en condiciones de normalidad.

Por desgracia, algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas ante las picaduras de insectos. Las picaduras de abejas, avispas, avispones y ciertas hormigas son las mayores causantes de este cuadro clínico. En los casos más graves, la reacción puede cursar con hinchazón prolongada mucho más allá de la zona del picotazo, urticaria, dificultad para respirar, náuseas y choque anafiláctico. En caso de anafilaxis, la visita a urgencias y la inyección pronta de epinefrina son la única opción.

5. Gastroenteritis

La gastroenteritis es la inflamación del revestimiento del estómago los intestinos. Puede tener muchas causas, si bien la mayoría de los cuadros son de naturaleza vírica y están provocados por Norovirus y Rotavirus. A medida que aumentan las temperaturas, las personas tendemos a viajar más y a comer en lugares más insalubres. Además, las temperaturas altas también suelen favorecer que los patógenos causales de la gastroenteritis permanezcan más tiempo en el entorno. Ambos eventos favorecen que las gastroenteritis sean más comunes en primavera y verano.

6. Enfermedad de Lyme

La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana transmitida por la picadura de garrapatas, específicamente aquellas del género Ixodes (siendo la más representativa Ixodes ricinus). Aunque esta condición sea un problema durante todo el año, alcanza un claro pico epidemiológico entre los meses de abril y octubre. Con la subida de las temperaturas y una mayor actividad de mamíferos salvajes, las garrapatas se reproducen y exponen con mayor asiduidad. Además, las personas tienden a ir a regiones rurales cuando hace buen tiempo, lo que las expone aún más a la picadura de estos arácnidos.

El síntoma principal de la enfermedad de Lyme es la aparición de un sarpullido rojo conocido como eritema migratorio. También se pueden presentar signos como escalofríos, dolor de cabeza, fatiga y fiebre. Si la infección no se trata, puede expandirse a las articulaciones, el sistema nervioso, el corazón y otros órganos, agravándose mucho. Como ocurre con todos los cuadros bacterianos, esta enfermedad se debe abordar con antibióticos recetados por un profesional médico.

7. Erupciones cutáneas

La primavera se caracteriza por cambios bruscos de temperatura. Un día es lluvioso y parece invernal, mientras que otro sale el sol y el calor se manifiesta casi como en el verano. Esto, además de las lluvias primaverales y la humedad, es un factor a tener en cuenta si se quiere explicar el aumento de los síntomas relacionados con la dermatitis atópica y otras condiciones de la piel. Además de la erupción, otros signos comunes asociados a este grupo patológico son la piel agrietada, la picazón, el exudado y las costras.

Se estima que hasta el 12 % de los niños y el 5 % de los adultos tienen dermatitis atópica. Además, tener asma y rinitis alérgica parece estar asociado con los síntomas de la dermatitis atópica en muchos casos. Nuevamente, entendemos con esta relación por qué las erupciones cutáneas y otros problemas de la piel representan algunas de las enfermedades más comunes en primavera.

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Un mundo de condiciones

Como ves, existen muchas enfermedades comunes en primavera, pero casi todas ellas están vinculadas a 2 eventos: el aumento del polen en el entorno, con todo lo que ello conlleva, y un incremento de insectos/vectores biológicos de enfermedades. La mejor forma para combatir cualquier condición primaveral incluye evitar el contacto con los agentes nocivos, algo que se puede hacer de muchas formas. Por ejemplo, llevar ropa larga para evitar picaduras, tratar de no acudir al campo en momentos muy calurosos y secos e hidratarse bien la piel en casa.

A pesar de que muchos de estos cuadros se puedan paliar con remedios caseros en el hogar, te recomendamos ponerte en manos de un profesional médico ante cualquier síntoma de un proceso alérgico, sea en primavera o fuera de ella. Algunas reacciones adversas pueden terminar en anafilaxia si el paciente no conoce su estado o si no toma las medidas adecuadas. En el terreno de la salud, siempre es mejor prevenir que curar.

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