Los 5 alérgenos más comunes

La alergia es una reacción adversa del sistema inmunitario frente a la entrada de una sustancia extraña al organismo, la cual se conoce como alérgeno. Esta respuesta inmunológica o defensiva ante sustancias que normalmente no inducen reacciones en la mayoría de las personas depende de una predisposición individual, que frecuentemente es hereditaria. En situaciones de normalidad, los sistemas de defensa del cuerpo trabajan para eliminar gérmenes y cuerpos externos de forma eficaz para mantener la salud del hospedador, pero en reacciones alérgicas esta respuesta es erróneamente dirigida a compuestos que no deberían de suponer un problema para la salud.

En la reacción alérgica, el sistema inmunológico detecta el alérgeno como una amenaza y activa los linfocitos B, que producen inmunoglobulina E (IgE). Esta se une a mastocitos y basófilos, desencadenando la liberación de histamina, prostaglandinas y leucotrienos. Estas sustancias provocan inflamación, vasodilatación y aumento de la permeabilidad vascular, causando síntomas como picazón, hinchazón, estornudos, dificultad para respirar o, en casos graves, anafilaxia. El asma es uno de los cuadros clínicos que más se asocian a esta reacción adversa, pues un 80 % de los asmáticos presentan su enfermedad por causas alérgicas.

Entre el 20% y 25% de la población mundial sufre alguna enfermedad alérgica, y tanto la incidencia como la prevalencia se ven aumentadas al focalizar la atención en la infancia. Además, en las últimas décadas se ha observado un aumento general de pacientes con alergia, ya sea por una higiene excesiva en el entorno (teoría de la higiene), contaminación ambiental, factores genéticos y epigenéticos, uso incorrecto de antibióticos, cambios en la dieta, y otros mecanismos.

Entre los meses de abril y junio, en España se disparan los casos de alergia. Por eso, vemos de interés mostrarte en las siguientes líneas cuáles son los alérgenos más comunes en la población, y cómo evitar su exposición a ellos. ¡No dejes de leer!

¿Qué es un alérgeno?

Es esencial comenzar sentando bases. Tal y como indica la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el alérgeno se define como una sustancia normalmente inofensiva, como un ingrediente de un producto alimenticio o un elemento presente en el ambiente, que produce una reacción alérgica (inmediata) en una persona susceptible que ha estado en contacto previamente con ella.

Hay que hacer especial hincapié en que, para que ocurra una alergia, el sistema inmunológico del paciente debe haber tenido un primer contacto con el alérgeno en un proceso llamado sensibilización. En esta fase, los linfocitos B producen inmunoglobulina E (IgE) específica para el alérgeno, que se une a mastocitos y basófilos. En exposiciones posteriores, el alérgeno activa estas células, liberando histamina y otros mediadores inflamatorios que causan los síntomas alérgicos. Sin esta sensibilización previa, el sistema inmunitario no reaccionaría de manera exagerada ante la sustancia.

Diversas proteínas de origen animal halladas en pelos y sus plumas, compuestos en la carne de pescados y mariscos, sustancias contenidas en el polen y compuestos químicos son alérgenos muy habituales. En el siguiente listado, te contamos cuáles son los 5 alérgenos que más afectan a la población.

1. Polen

El término polen engloba a todos los granos, más o menos microscópicos, que producen las plantas con semilla (dentro de la categoría de las espermatófitas). Estas partículas biológicas son transportadas pasivamente a través del aire y pueden ingresar en las vías respiratorias de las personas, generando una respuesta alérgica en aquellas predispuestas en las que se ha producido una sensibilización previa. Hay tres fuentes de polen: árboles, césped y malezas. Cada una de estas plantas poliniza en diferentes épocas del año, dependiendo de la región consultada, por lo que el pico sintomático puede variar.

En España, las plantas que más reacciones alérgicas generan son las gramíneas, como el trigo, el arroz, el maíz, el sorgo, la cebada o la avena. Para las personas con alergia al polen, se recomienda evitar salir de casa en los momentos de mayor concentración, mantener las ventanillas cerradas en los viajes de coche, emplear gafas de sol para que el polen no entre en contacto con las mucosas oculares y colocar filtros antipolen en los aparatos de aire acondicionado. Por otro lado, es esencial buscar atención farmacéutica siempre que sea necesario.

2. Ácaros del polvo

Los ácaros del polvo son invertebrados que miden entre 0,2 y 0,5 mm que habitan en todos los lugares y ecosistemas del mundo. Como su propio nombre lo indica, uno de los hábitats predilectos de estos seres vivos son las motas de polvo que se acumulan en el interior de las casas. No son capaces de transmitir enfermedades y tampoco pueden picar a las personas, por lo que se considerarían inofensivos de no ser por el potencial de generar reacciones alérgicas en el ser humano que poseen.

Es importante tener en cuenta que no es el propio ácaro el que genera alergia, sino la inhalación involuntaria de sus deposiciones y partes del cuerpo suspendidas en el aire. Los principales alérgenos dentro de este grupo son Der f1 (glicoproteína procedente de las excretas del ácaro) y Der p2 (proteína procedente del cuerpo del ácaro).

Para evitar la alergia a los ácaros del polvo, es fundamental reducir su presencia en el hogar. Se recomienda usar fundas antiácaros en colchones y almohadas, lavar la ropa de cama con agua caliente semanalmente, aspirar con filtros HEPA y mantener baja la humedad con deshumidificadores. Además, es útil evitar alfombras, cortinas pesadas y peluches, que acumulan polvo, y ventilar bien las habitaciones para reducir su concentración. El consumo de medicamentos también es una opción viable si no se puede reducir más la concentración de alérgenos en el entorno.

3. Caspa de animales

La caspa es una descamación de la piel. Todos los seres vivos con epidermis experimentan una renovación celular constante, lo que significa que las células muertas de la piel se desprenden y se reemplazan por nuevas. En condiciones normales, este proceso es suave y no se nota, pero cuando hay un exceso de células muertas, estas se agrupan y forman pequeñas escamas blancas que pueden ser visibles. Como vertebrados que son, los conejos, los gatos, los perros y otros muchos animales de compañía también experimentan una descamación de la piel constante.

Las descamaciones de epitelio de las mascotas pueden ser inhaladas dentro del hogar y, en algunos casos, terminan provocando una reacción alérgica en sus dueños. Esta caspa puede quedarse adherida a sofás, camas, toallas e incluso ropa, generando síntomas en el paciente incluso cuando el animal no está en la sala. No convivir con el ser vivo que provoca los síntomas puede ser una opción, pero también existe la posibilidad de controlar los síntomas con medicamento y recurrir a la inmunoterapia para que el alérgeno deje de provocar una respuesta desmedida en la persona afectada.

4. Moho

La alergia al moho es una reacción del sistema inmunológico ante las esporas de moho que se encuentran en el aire. Estas esporas pueden desencadenar síntomas como estornudos, congestión nasal, picazón en los ojos y dificultad para respirar, especialmente en personas con asma. Los mohos se encuentran comúnmente en lugares húmedos y mal ventilados, como sótanos, baños, cocinas, y áreas con filtraciones de agua o humedad. Los tipos de mohos que suelen generar más alergias son Alternaria, Cladosporium, Penicillium y Aspergillus.

Para evitar la alergia al moho, es importante reducir la humedad en el hogar, usando deshumidificadores y asegurando una ventilación adecuada en áreas propensas a la humedad. Limpiar regularmente las superficies afectadas por moho con productos específicos, como soluciones de vinagre o productos antimicrobianos, también ayuda. Además, es recomendable eliminar alfombras y tapicerías en áreas húmedas y reparar filtraciones de agua en techos, paredes o tuberías.

5. Alimentos (alergia alimentaria)

Los alérgenos englobados en el terreno de la dieta se recogen bajo un tipo de alergia concreto: la alergia alimentaria. Los alimentos más comunes que contienen proteínas capaces de generar alergias son el maní, los frutos secos, la leche, los huevos, el pescado, los mariscos, el trigo, la soja y algunos alimentos derivados de ellos. Cabe destacar que las relaciones adversas ante la ingesta de ciertos alimentos están presentes hasta en el 30 % de la población española.

Para prevenir una reacción alérgica, es fundamental evitar el consumo de los alimentos que causan la alergia, leer las etiquetas de los productos y estar atento a las trazas de alérgenos en los alimentos procesados. Además, las personas con alergias alimentarias deben llevar siempre consigo un medicamento de emergencia, como un autoinyector de epinefrina (adrenalina), en caso de una reacción grave. También es importante educar a familiares, amigos y compañeros sobre la alergia para reducir el riesgo de exposición accidental.

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