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Silicosis: causas, síntomas y tratamiento

El ciudadano medio dedica un total de 90 000 horas de su vida a trabajar. Nuestro entorno laboral define la rutina a la que nos sometemos en todas sus formas, desde la interacción con amistades hasta las relaciones románticas, pasando por estados de estrés, ansiedad, felicidad, autorrealización y mucho más. El sitio y las condiciones de trabajo también juegan un papel esencial en el mantenimiento de la salud y, por desgracia, existen muchas condiciones asociadas al trabajo.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades ocupacionales son estados patológicos contraídos a causa del trabajo o la exposición al medio en el cual se encuentra laborando, causado por agentes físicos, químicos o biológicos. Hay muchas condiciones englobadas en este grupo: dermatitis, problemas respiratorios, daños musculoesqueléticos, trastornos mentales y hasta cáncer, entre otros. Esto supone un enorme problema médico, pues tal y como recogen las Naciones Unidas, más de 2,78 millones de personas mueren cada año por el deterioro de salud asociado al entorno laboral.

Los problemas respiratorios vinculados a las condiciones de trabajo son muy habituales, sobre todo en entornos de construcción y en plantas químicas. En las siguientes líneas, recogemos uno de los más sonados en tiempos recientes: la silicosis.

¿Qué es la silicosis?

La silicosis es una forma de enfermedad pulmonar ocupacional (EPO) de tipo neumoconiosis. La neumoconiosis alude a los problemas pulmonares producidos por la inhalación de polvos inorgánicos y su posterior deposición en bronquios, parénquima pulmonar y ganglios linfáticos. En este caso concreto, el cuadro se ve propiciado por la inhalación de polvo de cristales de sílice, empleado para la construcción de muchos productos comerciales (ladrillos, vidrio, cerámica, yeso, granito y más).

El polvo de sílice es un material abrasivo que puede raspar y rasgar el revestimiento de las fosas nasales y respiratorias. Además, la inhalación de este material provoca que se formen depósitos minerales en los bronquiolos y alveolos, lo que activa al sistema inmunitario. Los daños provocados a nivel celular por todos estos procesos desembocan en un proceso inflamatorio que se termina traduciendo en fibrosis, una cicatrización progresiva que hace que el pulmón pierda funcionalidad y flexibilidad.

La silicosis es la EPO más común en todo el mundo. Ocurre en todos los países, pero sobre todo en las regiones de bajo ingreso, en las que este cuadro se puede complicar por otras patologías concomitantes o por una incapacidad para cesar la actividad laboral. De todas formas, las cifras globales van a la baja con el paso de los años: por ejemplo, en 1990 se registraron 55 000 muertes globales por silicosis, mientras que en el 2013 tuvieron lugar unas 46 000.

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Clasificación de la silicosis

La silicosis se puede clasificar en varios tipos según sus manifestaciones clínicas y duración. Lo ejemplificamos en la siguiente lista:

  • Crónica: es la forma más común y se requiere una exposición prolongada a los cristales de sílice en bajas concentraciones. Se suele desarrollar entre los 10 y 30 años tras el inicio de la exposición.
  • Acelerada: en este caso, los síntomas se presentan entre 5 y 15 años tras el inicio de la exposición. Como es natural, los niveles de sílice a los que se tiene que exponer el trabajador son más altos que en la forma crónica para desarrollar esta variante de la enfermedad.
  • Aguda: resulta de la exposición a grandes cantidades de sílice en un periodo corto de tiempo, en general desde 6 meses a 2 años. Más allá de los pulmones, esta forma puede comprometer a los riñones, el hígado y el bazo.
  • Conglomerada: es la forma más avanzada de la silicosis crónica o acelerada. Se caracteriza por la aparición de masas generalizadas de fibrosis en los pulmones.

Síntomas

En general, la silicosis se presenta de forma crónica y progresiva. Los síntomas incluyen los siguientes:

  • Tos.
  • Dificultad para respirar (disnea).
  • Fatiga.
  • Respiración rápida (taquipnea).
  • Dolor de pecho.
  • Ruidos respiratorios.

En los casos más graves, se puede observar que el paciente tiene una coloración azulada de la piel debido a la falta de oxígeno en los tejidos, fenómeno conocido como cianosis. También se puede observar palidez generalizada, cor pulmonale (agrandamiento del ventrículo del lado derecho del corazón por a un trastorno pulmonar) e insuficiencia respiratoria.

Además, también es necesario destacar que la silicosis puede favorecer la aparición de otras enfermedades, como el cáncer de pulmón, fibrosis masiva progresiva, enfermedades del tejido conectivo y mucho más. Resulta vital acudir al centro médico ante cualquier problema respiratorio sostenido en el tiempo para recibir un diagnóstico temprano.

Causas de la silicosis

Como hemos dicho en líneas previas, esta condición se produce por la inhalación continuada de polvo de cristales de sílice. Aunque su etiología sea clara, merece la pena citar algunos de los factores de riesgo principales para su desarrollo. Estos son los terrenos ocupacionales que más se asocian a la silicosis:

  • Minería y explotaciones de canteras.
  • Construcción y demolición de estructuras.
  • Trabajo con la piedra,
  • Creación de cristales, cerámica y más.
  • Chorreado de arena.

Esto no quiere decir que todos los trabajadores en los gremios citados vayan a desarrollar silicosis a lo largo de su vida. Si se toman las medidas protectoras adecuadas, el riesgo se puede minimizar. Portales profesionales recomiendan utilizar una máscara o semimáscara con filtro de partículas de alta eficacia P3, certificado según el estándar EN143.

Diagnóstico

Buscar antecedentes ocupacionales de la exposición al sílice es el primer paso para diagnosticar la silicosis. Por ello, el profesional médico le preguntará al paciente a qué se dedica, cuánto tiempo lleva con su trabajo, qué tipo de materiales maneja, cuándo comenzaron los síntomas y más. Todas estas cuestiones se engloban en un proceso inicial conocido como anamnesis.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha elaborado una normativa clara con el objetivo de describir y clasificar las características imagenológicas de las distintas neumoconiosis. Algunos de los rasgos diagnósticos por imagen para la detección de la silicosis, ya sea radiografía o tomografía computarizada (TC), son los siguientes:

  1. Opacidades o nódulos redondeados de 1 a 3 milímetros de longitud, en general en los campos pulmonares superiores.
  2. Ganglios linfáticos calcificados, signo de inflamación crónica.
  3. Opacidades alveolares difusas.
  4. Masas o conglomerados pulmonares.

De todas formas, cabe destacar que las imágenes diagnósticas pueden ser diferentes según el paciente y la variante de la enfermedad. Todo resultado debe ser interpretado por un profesional médico para la correcta interpretación.

Por otro lado, también se pueden requerir pruebas de función pulmonar, como la espirometría, para medir la fuerza de los pulmones del usuario, cómo de bien se hace el intercambio gaseoso en los pulmones y más. En ciertas ocasiones se requieren pruebas de laboratorio accesorias para descartar otras posibles condiciones del daño en los pulmones, como una tuberculosis u otro tipo de infección.

Tratamiento

No existe un tratamiento específico para la silicosis. El daño producido en los pulmones no tiene cura y no se puede revertir, pero sí se pueden hacer ciertas cosas para aliviar los síntomas y evitar la progresión de la enfermedad. Citamos algunas de las medidas más necesarias en la siguiente lista:

  • Dejar de estar en contacto con la fuente de exposición de sílice. Sin duda, este es el primer paso para evitar la progresión de la enfermedad.
  • Dejar de fumar si es que se hace, con el fin de evitar la exacerbación de los síntomas.
  • Tomar medicamentos para el manejo de los síntomas: broncodilatadores, corticosteroides y más.
  • Vacunarse frente a las infecciones pulmonares más frecuentes para prevenir complicaciones graves.
  • En los casos en los que exista una hipoxemia (nivel de oxígeno en sangre inferior al normal), administración de oxígeno.
  • Uso de antibióticos ante indicio de infecciones pulmonares.
  • Transplante de pulmón. Este es el método más eficaz para deshacerse del tejido dañado, pero conlleva múltiples riesgos tanto a corto como a largo plazo. Solo se reserva a los casos graves.
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La silicosis es una enfermedad de las vías respiratorias asociada al trabajo que se debe tener en cuenta a la hora de idear planes y medidas para proteger a los trabajadores, sobre todo en el sector de construcción. Mantener los derechos vitales es esencial en todos los sentidos y el sanitario no es una excepción.

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