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Disbiosis intestinal: ¿en qué consiste?

Las bacterias son vitales para la supervivencia del ser humano. Estos microorganismos no solo posibilitan los ciclos de la materia en los ecosistemas, sino que forman parte de nuestro organismo y nos ayudan a realizar múltiples funciones vitales. Desde el metabolismo de compuestos vegetales hasta la activación del sistema inmunitario, nuestra microbiota nos acompaña durante toda la vida para hacérnosla más fácil.

Tal y como ocurre con la salud de todos los órganos y sistemas de nuestro cuerpo, la comunidad microbiana puede verse trastocada y generar diversos síntomas. Aquí te lo contamos todo sobre la disbiosis intestinal y cómo ponerle fin, así que no dejes de leer.

Microbiota, microbioma y disbiosis

Antes de entrar de lleno en el término que nos atañe, vemos de interés definir algunos conceptos asociados. La microbiota es el conjunto de microorganismos que se localizan de forma habitual en distintos lugares, incluido el cuerpo humano. La que erróneamente se conoce como flora intestinal es la microbiota que habita en el tracto gastrointestinal, sobre todo en el intestino grueso.

Por otro lado, el término microbioma hace referencia a los microorganismos que habitan en un sitio determinado y otros muchos parámetros asociados a ellos, como la función que desempeñan en dicho entorno, el material genético libre, las sustancias que excretan por su metabolismo y las condiciones del lugar. Ambos conceptos hacen referencia a las bacterias, hongos, levaduras y protozoos que habitan en el interior de nuestro cuerpo, solo que el microbioma tiene en cuenta un espectro funcional mayor.

La microbiota y el microbioma intestinal son esenciales para el funcionamiento de nuestro organismo. Algunas de sus funciones más relevantes son las siguientes:

  • Llevar a cabo actividades metabólicas que se traducen en recuperación de energía y nutrientes. El metabolismo de carbohidratos de origen vegetal por parte de la microbiota nos reporta el 10% de las calorías que el organismo requiere.
  • Especialización del sistema inmunitario.
  • Protección frente a la invasión de organismos extraños.

La microbiota es necesaria para la salud. Por desgracia, en algunos casos se produce la disrupción del microbioma normal, lo que conlleva también una alteración de la microbiota. Este desequilibrio se conoce como disbiosis y puede manifestarse de muchas formas, dependiendo de la gravedad del cuadro, el estado de salud de la persona y los sistemas afectados (entre otras muchas cosas).

Síntomas disbiosis intestinal.

¿Cuáles son los síntomas de la disbiosis intestinal?

La disbiosis intestinal es el desequilibrio en la microbiota y el microbioma que ocurre en el aparato digestivo, sobre todo en el intestino grueso. La población microbiana del intestino humano incluye unos 100 billones de bacterias de unas 500 a 1000 especies distintas que conviven en equilibrio, pero el estrés fisiológico continuado puede hacer que ciertos microorganismos potencialmente patógenos crezcan, mientras que las bacterias “buenas” disminuyen.

Estos son solo algunos de los síntomas que pueden indicar una disbiosis:

  • Fatiga crónica.
  • Distensión abdominal.
  • Diarrea y estreñimiento.
  • Migrañas.
  • Ansiedad.
  • Reacciones adversas ante la ingesta de ciertos alimentos.
  • Gases y meteorismo.
  • Problemas con la concentración.
  • Trastornos cutáneos (acné, eccema y más).
  • Mal aliento (halitosis).
  • Dolor torácico.

Además, cabe destacar que la disbiosis puede empeorar los síntomas o ser uno de los desencadenantes de múltiples trastornos digestivos y relacionados con la ingesta de alimentos. Entre ellos, destacan el síndrome de intestino irritable (SII), la enfermedad de Crohn, la diabetes y la obesidad. Por ello, los signos clínicos de esta condición pueden ser muy variados.

¿Qué causa la disbiosis intestinal?

Cualquier alteración en la microbiota intestinal puede provocar disbiosis. En la siguiente lista, mostramos algunas de las causas que más se suelen asociar a este estado:

  1. Un cambio en la dieta con un incremento notable de la ingesta de azúcares, proteínas o aditivos. El aumento de la fermentación bacteriana en este entorno no siempre es bueno.
  2. Ingesta de productos químicos de forma accidental (pesticidas, por ejemplo).
  3. Beber alcohol de forma abusiva.
  4. Tomar antibióticos capaces de alterar la flora intestinal. Esto no significa que no se deban consumir si el profesional médico lo indica, pero la disbiosis puede ser un efecto secundario.
  5. Experimentar grandes niveles de estrés y/o ansiedad. Esto puede debilitar al sistema inmunitario, lo que se traduce en un sobrecrecimiento de microorganismos “malos”.
  6. Alteración de la permeabilidad de la pared intestinal. Se puede deber a diversas condiciones médicas previas que ya hemos citado.
  7. Otras enfermedades: patologías hepáticas, condiciones inflamatorias crónicas, diabetes mellitus, obesidad y más.

¿Se puede diagnosticar?

La disbiosis es una condición que se puede diagnosticar y tratar. Más allá de la exploración física y el descarte de otras patologías intestinales, es necesaria la toma de muestra de heces del paciente. Existen pruebas específicas que sirven para caracterizar el estado de la microbiota, llegando incluso a nombrar muchos de los géneros y especies presentes en el tracto gastrointestinal. Esta es la forma más adecuada de detectar un sobrecrecimiento o falta de microorganismos.

Tratamiento

El tratamiento de la disbiosis depende completamente de la causa subyacente. Si esta se debe a un tratamiento farmacológico, es posible que el médico recomiende su interrupción durante un tiempo hasta que la microbiota y el microbioma se estabilicen. El profesional de la salud también puede recetar medicamentos para controlar el sobrecrecimiento de bacterias “malas”, tales como ciprofloxacino, rifaximina y otros.

También se pueden tomar ciertos remedios caseros para abordar la disbiosis. Un nutricionista puede recomendar el consumo de vitaminas, comidas ricas en fibra, probióticos y prebióticos con el fin de restaurar las comunidades microbianas beneficiosas. Aunque no se requiera prescripción médica para los suplementos alimentarios, siempre se recomienda que su administración sea controlada por un profesional.

Sobrecrecimiento bacteriano intestinal.

La disbiosis intestinal es una condición que cada vez gana más fama tanto en la población general como en el ámbito médico. Aunque los síntomas aquí citados puedan ser causados por otros muchos problemas intestinales, realizarse una prueba de microbiota siempre es una buena opción para descartar (o confirmar) un desbalance en la flora.

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