Las 9 enfermedades de páncreas más comunes

El páncreas es un órgano glandular localizado en el abdomen que realiza múltiples funciones necesarias para la supervivencia. Entre otras cosas, libera hormonas (incluida la insulina) para el correcto procesado de la glucosa y produce jugos digestivos para la digestión de los alimentos. Por desgracia, existen diversos procesos patológicos que pueden trastocar o impedir la función pancreática, generando un gran abanico de signos, síntomas y efectos secundarios.

Conocer las características clínicas de las enfermedades de páncreas más comunes es esencial para detectarlas a tiempo y evitar su progresión. En las siguientes líneas, recogemos sus rasgos generales.

1. Pancreatitis aguda

La pancreatitis aguda es la inflamación brusca y súbita del páncreas. Su inicio es repentino y puede tener más o menos intensidad, pero tras el episodio se puede recuperar la funcionalidad y forma de la glándula al completo. Dicho de forma rápida y sencilla, en esta condición se alteran los mecanismos de secreción enzimática, haciendo que las enzimas se secreten “hacia adentro” en vez de hacerlo al duodeno, como debería ser en condiciones de normalidad. Esto se traduce en una autodigestión del propio páncreas.

Algunos de sus síntomas más reportados se citan en la siguiente lista:

• Dolor abdominal, de intensidad moderada a severa, en la parte alta o media del abdomen.
• Náuseas y vómitos.
• Febrícula.
• Distensión abdominal.

Según fuentes epidemiológicas, la pancreatitis aguda tiene una incidencia de unos 600-700 casos por cada 100 000 personas. Su tasa de mortalidad depende de la región consultada, pero en Estados Unidos oscila alrededor de un 2 %. Este cuadro clínico puede tener múltiples causas, las cuales se citarán como entidades clínicas propias en las siguientes líneas.

2. Cálculos biliares

Los cálculos biliares son los causantes del 35-40 % de las pancreatitis agudas. Estos depósitos endurecidos de fluido digestivo se forman en la vesícula biliar pueden detener el trayecto de las enzimas pancreáticas hacia el intestino delgado, lo que hace que vuelvan al páncreas e irriten sus células y las inflamen.

Muchas personas con cálculos biliares son asintomáticas y no requieren tratamiento. De todas formas, en caso de sintomatología o complicaciones, se puede recomendar una cirugía de extracción de la vesícula (colecistectomía) o el consumo de ciertos medicamentos por vía oral para disolver los cálculos.

3. Pancreatitis aguda por alcohol

Hasta el 30 % de las pancreatitis de naturaleza aguda están provocadas por el consumo excesivo de alcohol. Según estudios, el alcohol parece provocar precipitación e incrementar la viscosidad de las secreciones pancreáticas, lo que conduce al desarrollo de tapones de proteína en los pequeños conductos que terminan por convertirse en cálculos. Esto provoca inflamación del tejido pancreático, fibrosis y daño celular.

Además, el alcohol también parece activar ciertas enzimas pancreáticas de forma temprana, lo que causa que el páncreas realice una autodigestión y se inflame aún más. La pancreatitis aguda por alcohol suele presentarse en pacientes que consumen alcohol de forma excesiva (4-5 bebidas diarias) durante 5 años o más. No suele ocurrir en casos de ingesta excesiva pero esporádica.

4. Hipertrigliceridemia

La hipertrigliceridemia se define como el aumento de triglicéridos (grasas) en sangre en ayunas superior a 175 mg/dL. Aunque esta condición no nazca en el páncreas en sí mismo, sí puede tener efectos sobre él. Este cuadro puede provocar una acumulación de ácidos grasos en el tejido pancreático. Mediante la producción de radicales libres, estos dañan al páncreas a nivel tanto vascular como acinar, lo que desemboca en pancreatitis. No es la causa más común de una pancreatitis aguda, pero merece la pena nombrarla.

5. Pancreatitis crónica

La pancreatitis crónica es una inflamación crónica y progresiva del páncreas que desemboca en una destrucción irreversible tanto de las glándulas exocrinas como endocrinas del órgano. Este cuadro clínico cursa con daño permanente y cicatrización (fibrosis) del páncreas. Algunos de sus síntomas más prevalentes son los siguientes:

• Dolor en la parte alta del abdomen, crónico, continuo, de intensidad moderada y que empeora al comer o beber alcohol.
• Náuseas y vómitos.
• Distensión abdominal.
• Pérdida de peso.
• Diarrea.
• Desnutrición.
• Diabetes por producción inadecuada de insulina.

El pronóstico de la pancreatitis crónica es incierto. El diagnóstico puede demorarse mucho en el tiempo y la probabilidad de éxito es variable, pues depende del agente causal, del estado de salud previo del paciente y más. El abordaje clínico pasa por manejar el dolor (incluso con analgésicos opiáceos), el consumo de suplementos enzimáticos pancreáticos y la gestión de la diabetes que pueda derivar del mal funcionamiento del páncreas.

6. Pancreatitis crónica por alcohol

El consumo de alcohol puede provocar pancreatitis tanto aguda como crónica. De hecho, el alcoholismo es responsable de la mayoría de los cuadros crónicos (hasta el 70 %), y también aumenta las probabilidades de padecer cáncer de páncreas. Además, parece ser que los brotes recurrentes de pancreatitis aguda favorecen la transición a un estadio crónico. Como puedes ver, ambas condiciones están muy relacionadas.

7. Fibrosis quística

La fibrosis quística es una enfermedad que provoca la acumulación de moco en diversas áreas del cuerpo, como pulmones, tubo digestivo y páncreas. Se trata de una condición hereditaria autosómica recesiva, es decir, que se requieren mutaciones en ambas copias del gen involucrado (el CFTR) para que se manifieste. Tal y como indican estudios, los mecanismos fisiopatológicos de la fibrosis quística pueden derivar en pancreatitis tanto agudas y aisladas como crónicas.

8. Pancreatitis hereditaria (PH)

La pancreatitis hereditaria (PH) es una forma rara de pancreatitis que se hereda de forma autosómica dominante debido a diversas mutaciones en el cromosoma 7. Se caracteriza por episodios reiterados de pancreatitis aguda que finalmente desembocan en la variante crónica. En Europa, tiene una prevalencia de 1/300 000 personas.

9. Cáncer de páncreas

El cáncer ocurre cuando las células mutan y “desobedecen” sus patrones de crecimiento y senescencia naturales. Esto hace que se multipliquen y expandan más de lo debido, formando o no un tumor, y adquieran la potencialidad de viajar a otras partes del cuerpo (metástasis). En el cáncer de páncreas, se forman células malignas o cancerosas en el tejido pancreático.

Existen diversos tipos de cáncer de páncreas, entre los que destacan los siguientes:

• Adenocarcinoma: es el tipo más común de cáncer de páncreas y representa el 90 % de los diagnósticos. Se produce en el revestimiento de los conductos del páncreas.
• Neoplasia mucinosa papilar intraductal: es un tumor que crece a partir del conducto pancreático principal o de las ramas laterales del conducto. Puede ser no canceroso en el momento del diagnóstico, pero existe la posibilidad de que se transforme en un cáncer.
• Carcinoma de las células acinares: es una forma muy rara de cáncer pancreático.

Entre los signos y síntomas más comunes del cáncer de páncreas, destacan la ictericia (color amarillo de piel y ojos), el dolor en la parte media/superior del abdomen, la pérdida de peso, la falta de apetito, las náuseas, los vómitos, la formación de coágulos y la diabetes.

Por desgracia, el cáncer de páncreas es uno de los más letales. La tasa de supervivencia en su estadio localizado ofrece el mejor pronóstico con un 34 % a 5 años del diagnóstico, mientras que si es distante se reduce a un 3 %. Sea como fuere, todas las etapas combinadas ofrecen una supervivencia que no llega al 10 %, un porcentaje extremadamente bajo y poco alentador.

En este espacio, hemos citado 9 enfermedades de páncreas, sus causas y sus signos clínicos relevantes. Aunque no todas ellas sean graves, sí merecen atención médica con urgencia. Si no se trata, una patología pancreática puede derivar en muchas complicaciones e incluso la muerte. En el entorno de salud, siempre es mejor prevenir que curar.

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