El sexo oral se refiere a las prácticas sexuales en las que se produce estimulación del área genital, perineal y/o anal empleando la boca, los dientes, la lengua y/o la garganta. Esta es una práctica habitual en personas sexualmente activas y una actividad frecuente en aquellos que se inician en su vida sexual afectiva.
Aunque en muchos casos no se tenga conocimiento sobre ellos, la práctica de sexo oral sin protección puede suponer riesgos similares que la penetración sin preservativo. En las siguientes líneas, te contamos la importancia de conocer el lenguaje oral de la salud sexual.
¿Qué riesgos tiene el sexo oral?
La práctica sexual de sexo oral, tanto receptivo como insertivo, no está exenta de riesgos.
Infecciones de transmisión Sexual (ITS)
A través del sexo oral, se ha identificado la transmisión de sífilis, gonorrea, Chlamydia, T. vaginalis (tricomoniasis), herpes, VHB (virus hepatitis B), molusco contagioso, VIH (menos probable, pero plausible), e infecciones por VPH (virus del papiloma humano). Este último ha evidenciado un aumento en su identificación en lesiones de orofaringe.
Igualmente, están descritas la transmisión de Neisseria meningitidis, Moraxella catarrhalis, Haemophilus influenzae o Mycoplasma pneumoniae a través de esta práctica sexual. Además, a través del sexo oral que involucra al ano, se puede transmitir VHA (virus hepatitis A) y VHE (virus hepatitis E), parásitos intestinales como Giardia, Entamoeba y/o bacterias como E. coli, Shigella y Campylobacter.
El riesgo de transmisión puede aumentar si la pareja es ocasional, si no se ha usado protección de barrera, si la práctica es frecuente u otras circunstancias como la existencia de heridas, úlceras, aftas, encías sangrantes, fístulas, pústulas o vesículas u cualquier otra solución de continuidad. Es por ello por lo que la inspección de la cavidad bucal debe tenerse en cuenta al evaluar a cualquier paciente del que se sospeche de una ITS con vía de transmisión buco-genital.
Desbalance del equilibrio microbiano
Hay que mencionar que, al margen de las infecciones de transmisión sexual, disponemos de poca información que haya evaluado en profundidad las implicaciones directas entre el estado de salud bucal y la salud sexual en las prácticas de sexo oral. Y es que este se ha visto relacionado con afecciones del tracto genitourinario que pertenecen más al ámbito de las disbacteriosis, en las que los factores predisponentes y desencadenantes son el elemento fundamental (p. ej. hábitos dietéticos, tabaco, uso de productos de higiene dental abrasivos, irritantes y/o con alto porcentaje de antisépticos, enfermedad periodontal, caries…).
Estos desencadenantes podrían lacerar las barreras naturales de protección de piel y mucosas y/o coadyuvar al desequilibrio del pH genital, promoviendo episodios de disbiosis, que en ocasiones puede ser recurrente. Sí está claramente definido que la existencia de gingivitis y placa dental promueve episodios de vaginosis por colonización o por promoción del crecimiento de microorganismos comensales de la vagina.
¿Cómo se puede disminuir y evitar el riesgo de infecciones u afecciones asociadas al sexo oral?
Para disminuir los riesgos, es indispensable el conocimiento de los peligros y factores de salud que pueden hacer que esta práctica sea segura y satisfactoria. Un elemento crucial es adherirse al uso de barreras físicas de protección como el preservativo y/o el cuadro de barrera bucal de látex o poliuretano con el fin de disminuir el riesgo de contagio.
También es esencial asegurarse de mimar la microbiota intestinal, debido a que las disbacteriosis o disbiosis que afectan al tubo digestivo alto se reflejan en alteraciones del ecosistema bucodental. De la misma manera, las disbiosis intestinales están íntimamente relacionadas con las disbiosis de la microbiota urogenital. En ocasiones, es necesario integrar estrategias complementarias de abordaje (suplementación, hidratación, modificación de ciertos hábitos…) para, de esta manera, intentar restaurar el equilibrio microbiano.
La mucosa gingival se puede ver beneficiada de priorizar productos de higiene amables con el epitelio y el esmalte dental, y aunque existe limitada evidencia, puede ser valorable añadir un oilpulling como un aliado natural para reparar mucosas y equilibrar la microbiota oral. Así mismo, atender a las recomendaciones informadas de los profesionales de la salud bucodental (higienista dental, odontología) quienes juegan un papel protagonista en la promoción y preservación de la salud oral.
En definitiva, el bienestar de la salud sexual incluye el reconocer que el sexo oral es una práctica susceptible de convertirse en un vehículo transmisor de ITS o, en su defecto, de promover alguna disbacteriosis. Más allá, lo más importante es que existen elementos de prevención y protección accesibles para poder disfrutar del placer del intercambio comunicativo en un lenguaje universal que preserva la salud y el bienestar.
Fecha de publicación: 22-04-2024
Caridad León Robles. MD. MPH. Healthy Longevity Medicine – Grupo VIVO
Bibliografía
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